Se impone la necesidad de defender algo: la seguridad personal, la cosecha, el ganado..etc.
La casa rural ha sido tradicionalmente producto de los elementos de que se disponía en el propio territorio en relación con tradiciones y costumbres perpetuadas por los constructores que eran por regla general los futuros moradores.
El elemento básico para la construcción es la piedra granítica, material paleozoico abundante en la zona, dispuesta una sobre otra sin ningún tipo de cemento o unidas mediante barro o mezclado con cal.
Las casas nuevas pierden una parte de su interés geográfico y significan una penetración urbana en el mundo rural, lo que trae consigo la total desvinculación de las funciones: vivienda y explotación agraria.
Abundan los cultivos de huerta: legumbres, tomates, pimientos, calabazas, patatas...etc. Una parte importante del espacio agrícola quedaba cada año en barbecho.
El segundo de barbecho, es decir ya con labores, que preparan la sementera del tercer año.
Suponiendo la total posibilidad de herbaje: prados, pastizajes, eriales, montes abiertos y leñosos.
El término municipal forma parte de una amplia penillanura poligénica, junto a las estribaciones del Sistema Central, donde afloran únicamente los materiales antiguos del zócalo metamorfizados en buena parte y arrasados por la erosión hasta convertirse en una penillanura.
Donde se introduce la degradación del carrascal, aparecen plantas acusadamente xerófilas: tomillo, coscoja, espliego, romero, además de matorrales, espinos y zarzas que constituyen la etapa final del progreso regresivo de la vegetación forestal.
Existen también, asociado a la ribera de los arroyos: álamos, mimbreras, negrillos....etc.