Algunos creen que esta raza de moloso fue extendida por Europa por los alanos en el siglo IV y que fue llevada a la península ibérica y al norte de África por los vándalos en el siglo V.Se cree, según la hipótesis más probable, que llegaron a la península ibérica acompañando al pueblo alano, poco después de la caída del Imperio romano, sobre el siglo V.Más tarde, sus inmejorables cualidades psicofísicas (robustez, valentía y lealtad) hacen que el alano juegue un notabilísimo papel como miembro de los ejércitos españoles, especialmente durante la conquista del continente americano.En la conquista del Nuevo Mundo desempeñaron un papel fundamental los perros de presa, que era un uso desconocido por los indígenas.Éstos, sumados a los caballos, armaduras, arcos, ballestas y arcabuces contribuyeron al triunfo.El alano es avalado principalmente por su enorme valentía, haciéndose especial mención a la hora de enfrentarse con el jabalí, despreciando incluso su propia vida.Durante estos siglos sus funciones han variado poco: perro de caza mayor y guardería.Incluso la prensa internacional se hace eco de sus características, tal y como ocurrió en 1873 en la prensa británica, donde se describe minuciosamente a un ejemplar de presa español (alano) llamado Toro, diciendo así: «...luchando sujeta a su adversario únicamente por la cabeza, es silencioso e inmune al dolor...».A partir de ese momento nos encontraremos con un animal poderoso, decidido y muy noble.Estos pocos ejemplares fueron los utilizados en los años ochenta para la recuperación de la raza que hoy vuelve a contar con una extensa población distribuida por todo el territorio español.