Ad extremas
ante la disminución del envío de clero portugués, el Congregación de Propaganda Fide proporcionó, desde 1667, misioneros a la zona y fueron erigidos determinados vicariatos apostólicos.[3] El breve fue rechazado por el arzobispo de Goa, considerando que decidía sobre una materia en la que, según las bulas que erigieron las diócesis suprimidas, la Santa Sede solo podía actuar de acuerdo con el Rey de Portugal.Se produjo así una situación que la Santa Sede consideró cismática y que se prolongó hasta el concordato portugués de 1886; tras él con la bula Humanae Salutis,[4] a la que se refiere esta encíclica, que erigió varias provincias eclesiásticas, incluyendo la restauración de las diócesis de Cochin y Meliapor, erigiendo una nueva diócesis en Damao (las tres en territorio británico) y otorgando al arzobispo de Goa el título honorífico de Patriarca de las Indias Orientales.Recuerda también cómo con la bula Humanae Salutis,[4] del 1 de septiembre de 1886, se establecieron ocho provincias: a saber, Goa, con título patriarcal honorífico, Agra, Bombay, Verapolis Calcuta, Madras, Pondicherry y Colombo, cada una con sus correspondientes diócesis, que sustituyen a los vicariatos y prefecturas apostólicas que regían la mayor parte de esos territorios.Ante esta situación, y resueltos los motivos de discordia, y establecida la jerarquía ordinaria, el papa considera que será posible establecer esos seminarios, para lo que desea contar con la ayuda de los europeos, El papa concluye la encíclica exhortando a los obispos a quienes se dirige para que pongan los medios para que los fieles de sus diócesis conozcan la situación de la iglesia en esas regiones lejanas, y colaboren generosamente según sus posibilidades en la resolución de los problemas que había, tal como se acordó en los sínodos de Colombo.