Constanti Hungarorum

Con esa ocasión les señalaba algunos objetivos pastorales para superar los peligros que se presentan en ese momento para la iglesia y para la sociedad húngara.[2]​ Efectivamente, desde el compromiso austro-huúngaro que dio paso a la monarquía dual, el gobierno liberal de Hungría había impulsado algunas leyes que podían dañar a la religión, si los católicos no actuaban con firmeza en la defensa de su fe.Así la ley de la escuela común (1968), establecía que el carácter confesional o neutro de cada escuela debía ser decidido por la propia comunidad; en ese mismo año se dispuso que los hijos de los matrimonios mixtos debían seguir el credo del progenitor del mismo sexo.Pide, además, el papa que de igual modo se cuiden estos aspectos en la formación de los seminarios: En la actuación del clero debe guardar la unidad con el obispo, siguiendo sus directivas; guiados siempre en su labor pastoral por la caridad, cuidando no involucrarse en os asuntos civiles o políticos.[9]​ Esto no quiere decir, que no deban atenderse de las cuestiones materiales, por ejemplo, los sacerdotes deberán atender las propiedades de la Iglesia y administrarlas cuidadosamente, pero tal como San Gregorio enseñó: "a veces las ocupaciones mundanas deben tolerarse por compasión, pero nunca deben realizarse con pasión; no sea que, al agobiar la mente del amante, lo abrumen y le hagan hundirse bajo su peso desde el cielo hasta las profundidades".