Academia de Ingenieros de Guadalajara

Por sus aulas pasaron, como profesores o alumnos, importantes personajes, unos por su trayectoria castrense, otros por su aportación al avance de la ingeniería y la técnica, como Mariano Barberán, Félix Arenas, Eduardo Barrón, José Cubillo Fluiters, Alejandro Goicoechea, Emilio Herrera Linares, Alfredo Kindelán, José Ortiz Echagüe o Pedro Vives Vich.El programa de la nueva Academia se concretaba en cuatro cursos anuales: uno preparatorio y tres específicos.En primer curso se impartían las materias de Álgebra, Cálculo diferencial e integral, Hidrodinámica y Fortificación.Además, contaba con una considerable superficie abierta en el barranco del Coquín para actividades complementarias.Fue tal el resultado de la investigación que ese mismo año se propusieron proyectos para una nueva Academia en Guadalajara, pero también en Madrid y en Zaragoza.Entre tanto, los alumnos siguieron su formación en el inmediato cuartel de San Carlos.En 1888 la Academia acrecentaría sus dotaciones con la construcción de un picadero, aún hoy en pie, según diseño realizado en 1881 por el entonces capitán José Marvá y Mayer.En 1905 volvieron a programarse obras de renovación, esta vez teniendo por objeto la fachada principal.Al día siguiente se personó en el lugar del siniestro el presidente del Consejo de Ministros, Miguel Primo de Rivera, y otros miembros del Gobierno del Directorio Militar, y el lunes, a la una de la tarde, llegó el rey Alfonso XIII quien: “…mostró su aflicción por tan enorme desastre, prometiendo al alcalde que el edificio incendiado se construirá de nuevo…”.Finalmente, esta institución docente se ubicó en Burgos y fue trasladada definitivamente a Hoyo de Manzanares en 1968.
Vista de la Academia de Ingenieros tomada desde la plazuela de Santiago ( El Museo Universal , 1864)
Centenario del Cuerpo de Ingenieros, homenaje a Zarco del Valle, 1900.
Vista de la Academia de Ingenieros en una ilustración publicada en la revista Flores y Abejas (1895)