El sargento Madariaga revisó en Cuba el avión hallando una grieta en el depósito de combustible, que reparó.Cuando seguían viaje a México, el 20 de junio siguiente, el avión desapareció y sus restos no fueron nunca encontrados.[2] La gesta de estos pilotos quedó empañada por este trágico final, puesto que consiguieron abrir camino por la ruta del Atlántico Central, la más larga realizada hasta entonces.Mariano Barberán ha sido reconocido tras su muerte con varias calles, en muchos casos vinculado a Joaquín Collar.En ciudades como Alcalá de Henares, Melilla, Madrid, Sevilla, Salamanca, en España; o en Tlaxcala, México.
Réplica del "Cuatro Vientos" en el Museo del Aire.