[2] En Marcos (Marcos 13:14), Jesús da un discurso sobre la Segunda Venida,[3] Mateo (Mateo 24:15-16) enfatiza la referencia a Daniel[4] y Lucas (Lucas 21:20-21) describe a los ejércitos romanos («Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos [...]»); en los tres casos, es probable que los autores tuvieran en mente un futuro evento escatológico (es decir, del tiempo del fin), y quizás las actividades de algún anticristo.[5] El Libro de Daniel se originó como un conjunto de cuentos populares dentro de la comunidad judía entre finales del siglo IV a. C. e inicios del siglo III a. C.[6] En ese momento, se sacrificaba un cordero dos veces al día, mañana y tarde, en el altar del templo judío en Jerusalén, pero Antíoco IV, rey de la dinastía seléucida griega que luego gobernó Palestina, puso fin a esto en 167 a. C.[7][8] Los capítulos visionarios de Daniel (Daniel 7-12) se agregaron al libro en este momento, para asegurar a los judíos que sobrevivirían ante esta amenaza.Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador»; Daniel 11 cuenta la historia del arrogante rey extranjero que establece la «abominación desoladora»; y en Daniel 12 se le dice al profeta cuántos días pasarán «desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora».[15] Ambas propuestas han sido criticadas sobre la base de que son demasiado especulativas, o dependen de análisis defectuosos, o no se adaptan bien al contexto relevante en el libro de Daniel;[15][16] y estudios más recientes tienden a ver la «abominación» como una referencia a las ofrendas paganas que reemplazaron la ofrenda judía de dos veces al día prohibida (Daniel 11:31, 12:11; 2 Macabeos 6:5),[17][18] o el altar pagano sobre el cual se realizaban tales ofrendas.La terminología de Marcos se extrae de Daniel, pero él coloca el cumplimiento de la profecía en su propio día, insertando una súplica al lector para que «entienda»,[23] y subrayando esto en Marcos 13:30 al afirmar que «no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca».[24] Mientras que la «abominación» de Daniel fue probablemente un altar o sacrificio pagano, la gramática en Marcos usa un participio masculino para «estar de pie», lo que indica una persona histórica concreta: se han sugerido varios candidatos, pero el más probable es Tito.[25][26][n.Para todos los casos, Jesús les da solamente una advertencia: «No os lo creáis».
Moneda de Antíoco IV Epífanes: en la inscripción se lee «Rey Antíoco, dios manifestado, portador de la victoria».
Arco de Tito
en Roma, mostrando el botín del Templo judío en Jerusalén.