Álvaro Domecq Díez
Desde pequeño vivió el ambiente taurino en su casa y se aficionó a la equitación.Su padre, que había enviudado, adquirió en 1930 la ganadería del Duque de Veragua.Los primeros años de su andadura en la tauromaquia fueron para lidiar reses en festivales, pero ya en 1943 comenzó a participar en festejos taurinos.En la temporada de 1944 abrió el paseíllo en 50 funciones en los principales cosos españoles, como Las Ventas.Aquella temporada obtuvo importantes triunfos, como en Santander, el 20 de agosto.Después de su retirada, y sin abandonar el mundo taurino, dirigió su atención hacia la política.La ganadería, que al principio anunció como Valcargado, pasó a llamarse Torrestrella.[3] De esta ganadería han surgido muchas otras que se formaron con su sangre.La figura del patriarca familiar fue decisiva para la afición de sus sobrinos Juan Pedro, Borja y Fernando, que en la actualidad son los propietarios de Juan Pedro Domecq, Jandilla y Zalduendo.Tenían dos hijos, Álvaro y Fabiola Su famosa yegua Espléndida le dio tardes de gloria y la familia Domecq la inmortalizó en la finca de Los Alburejos al dedicarle un patio con su nombre.