Ese mismo año inició su colaboración con Guindalera, la compañía teatral levantada por el director Juan Pastor y Teresa Valentín; y contaba con un grupo de actores que incluía a Raúl Fernández, Ana Alonso, María Pastor, Ana Miranda, Josep Albert, Andrés Rus, Etelvina Soarez y Felipe Andrés.
Tormo completó el año con otro trabajo para Guindalera, Laberinto de amor, y una intervención en la serie sobre la mafia Lobos.
Con ella ganaba el X Certamen del Teatro de la Universidad Complutense.
En el montaje de Juan Pastor sobre el texto de Antón Chéjov, el actor encarnó al profesor Medvédeska; un hombre que ganaba veintitrés rublos al mes con los que alimentaba a su familia, y que se casaba con la hija de un terrateniente (Masha: Ana Alonso), quien aceptaba su proposición porque le obligaba a olvidarse de sus preocupaciones actuales; por mucho que al cabo del tiempo éste no aguantase su mera presencia.
En otoño Guindalera cambió de registro al representar Odio a Hamlet, adaptación de Paul Rudnick, en la que Tormo interpretó a Gary, un barrendero y también agente de un actor (Andrew: Raúl Fernández), que aceptaba a regañadientes que su representado representase en Central Park Hamlet porque al menos esperase que, olvidada la "aureola artística", Andrew protagonizase una mala serie de televisión.
A este trabajo se le sumarían los ensayos de Nuestra navidad, algunos cortometrajes para la ECAM, y un pequeño papel en la serie MIR: un enfermero de pediatría que deja un bebé al cuidado de una residente que arrastra un sueño atroz y cuyo insomnio provoca un grave incidente que acaba siendo mortal y se mueren todos los personajes de la trama.