Reichsgericht

Diseñada en estilo neoclásico, alberga dos patios de considerables dimensiones, una cúpula central y un gran pórtico en la entrada principal.Requisito imprescindible para acceder al Reichsgericht era tener cumplidos treinta y cinco años.La magistratura estaba imbuida de la ideología monárquica y conservadora dominante en la época, como sucedía en tantas otras instituciones estatales, y en este tribunal, especialmente en el ámbito del Derecho penal, las voces discrepantes eran minoría.[5]​ Por otra parte, algunas decisiones innovadoras del Tribunal proporcionaron soluciones que tuvieron larga vida jurídica.Similar recorrido tuvo la elaboración llevada a cabo por el Tribunal imperial acerca de la responsabilidad por incumplimiento de contrato que, por aquel entonces, no estaba regulada expresamente en el Código civil alemán (Bürgerliches Gesetzbuch o BGB).[8]​ Su creación jurisprudencial estuvo en vigor durante décadas aplicándose como Derecho consuetudinario hasta que la ley de 2001 dio una nueva redacción al artículo 280 para cubrir estos supuestos.Además, estableció que los problemas políticos no podían ni debían ser eliminados o subsanados por un golpe de Estado, ya que el adagio «el fin justifica los medios» resultaba incompatible con las prescripciones sobre alta traición.Sin embargo, durante la misma época, el Tribunal pronunció algunas decisiones innovadoras en el ámbito del Derecho Civil, como la eliminación de la causa del contrato,[14]​ que hasta entonces era desconocida para el Código civil de Alemania y que hoy recoge su parágrafo 313 tras la reforma del Derecho contractual que entró en vigor en 2002.[16]​ Gracias a dicha interpretación, el principio nominalista Mark-gleich-Mark-Grundsatz (un marco vale un marco), que tan negativas consecuencias había tenido para las clases más desfavorecidas a causa de la inflación galopante, pudo ser abandonado.Además, desde ese momento, los abogados judíos tuvieron prohibido el acceso al Tribunal por sí o en representación de sus clientes.Más bien sucedió lo contrario, ya que al condenar a la pena capital al comunista holandés Marinus van der Lubbe como autor del incendio del Reichstag, legitimó el régimen nacionalsocialista sin importarle quebrar el principio de legalidad y la irretroactividad de la ley penal.Precisamente para su represión, Hindenburg había aprobado legislación excepcional al día siguiente del incendio apoyándose en los poderes extraordinarios que la Constitución de Weimar otorgaba al presidente de la República.Hitler, enfurecido con el resultado del juicio sobre el incendio del Reichstag, decidió la creación del infausto Volksgerichtshof o Alto Tribunal Popular,[20]​ es decir, un tribunal especial que funcionó como órgano represor de la disidencia política y que llegó a imponer más de 5000 penas de muerte entre 1934 y 1945.[26]​ La marginación de la población judía también se llevó a cabo a través del Derecho civil, con el apoyo del Tribunal Supremo y mediante el uso abusivo e incontrolado de la interpretación jurídica.Con la capitulación incondicional de Alemania en 1945, el Tribunal del Imperio alemán fue disuelto por las potencias aliadas[27]​ y no volvió a ser instaurado.El último presidente, Erwin Bumke, se suicidó en Leipzig antes de la llegada del ejéricito estadounidense.Entre los supervivientes se encontraba August Schaefer, quien más tarde escribió un informe sobre el periodo de confinamiento.
Leipzig. Edificio que fue sede del Reichsgericht, hoy en día Tribunal administrativo federal de Alemania ( Bundesverwaltungsgericht ).
El Georgenhalle de Leipzig, sede del Tribunal imperial de Alemania desde 1879 hasta 1895.
Cubierta del semanario Die Weltbühne de 12 de marzo de 1929.