[5] Considerados infantería ligera y escaramuzadores dentro del ejército romano, los vélites portaban un haz de jabalinas ligeras (hastae velitares),[7] al menos dos,[8] que arrojaban al enemigo a distancia.Era un arma para dar estocadas, aunque también era muy útil a la hora de hacer cortes, «los soldados de infantería no hacían esgrima como D'Artagnan, apuñalaban como carniceros», adoptada por las legiones tras el contacto con los mercenarios hispánicos al servicio de Cartago durante la primera guerra púnica y muy extendida hacia el año 200 a. C.[10] Muy efectiva a la hora de amputar brazos por los hombros, cercenar cuellos y abrir vientres; tanto que causaba terror en las guerras macedónicas.[13] Por su humilde origen, estas tropas jamás pudieron permitirse mucho equipamiento, lo que les impedía mayor eficacia[2] aunque este mejoró tras las reformas del 211 a. C., anteriormente solamente iban armados con lanzas pero a partir de entonces incorporaron los escudos, espadas cortas y cascos.Cuando la segunda línea –principes- cargaba, los asteros se refugiaban y reagrupaban atrás para volver al ataque.[17] Generalmente eran utilizados en primera línea, para acabar con los escaramuzadores rivales antes de comenzar el combate.Resultaban especialmente útiles para acosar elefantes de guerra y desarbolar carros de guerra, gracias a su notable movilidad y sus múltiples armas arrojadizas, que los hacían más efectivos contra aquellos que la infantería pesada.[20] Fueron suprimidos los requisitos de edad y riqueza: ahora los soldados se unían al ejército para hacer carrera, más que para servir a la ciudad.
Galeae
, yelmos básicos de los vélites, de cuero acolchado.
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