[2] El término se refiere en general a historias publicadas en partes semanales, cada una con un costo de un penique (penny).
Publicadas por primera vez en la década de 1830, los penny dreadfuls tenían personajes tales como Sweeney Todd, Dick Turpin o Varney el vampiro.
[3][5] Durante las ejecuciones públicas en el Reino Unido en los siglos XVIII y XIX era común que se vendieran volantes sobre crímenes.
Estos cambios crearon tanto un mercado para la literatura popular barata como la posibilidad de que circulara a gran escala.
[8] Las publicaciones seriadas tenían un precio asequible para los lectores de clase obrera y eran considerablemente más baratas que las novelas serializadas de autores como Charles Dickens, que costaban un chelín [doce peniques] cada tomo.
[9] Las historias propiamente eran reimpresiones, o en ocasiones reescrituras, de los thrillers góticos más antiguos como El castillo de Otranto o El monje, así como nuevas historias sobre criminales famosos, particularemente salteadores.
El primer penny dreadful, publicado en 1836, llevaba el título de Lives of the Most Notorious Highwaymen, Footpads, etc (Vidas de los más notorios salteadores, ladrones, etc).
[10] Algunas de las más famosas de estas penny dreadfuls por partes fueron The String of Pearls: A Romance (en la que aparece Sweeney Todd, "el barbero demoníaco de Fleet Street"),[11] The Mysteries of London (inspirado en el serial francés The Mysteries of Paris ) y Varney el vampiro (1845-1847).
Fue, por ejemplo, la primera historia que se refirió a los dientes afilados de los vampiros.
Black Bess o el Caballero del camino, que describe las hazañas en su mayoría imaginarias del bandolero inglés de la vida real Dick Turpin, se extendió por 254 episodios y alcanzó más de 2.000 páginas.
Algunas historias espeluznantes pretendían estar basadas en hechos reales: Spring-Heeled Jack era lo que ahora llamaríamos un mito urbano.
En el apogeo de la histeria por Spring-Heeled Jack, varias mujeres reportaron haber sido atacadas por un hombre monstruoso con garras que escupía llamas azules.
Otros jóvenes emprendedores recolectaban varias partes consecutivas y luego alquilaban el volumen a sus amigos.
Frank Reade, Buffalo Bill y Deadwood Dick eran todos personajes populares entre la audiencia de los penny dreadfuls.
La amplia circulación de esta literatura sensacionalista, sin embargo, contribuyó también a un miedo cada vez más grande al crimen en la Gran Bretaña victoriana.
[24] Los penny dreadfuls inspiraron los cómics británicos que comenzaron a surgir en la década de 1870.