Dio auge extraordinario al periodismo nuevo, lo industrializó, creó un vasto imperio periodístico y se labró una sólida fortuna.
Posteriormente tuvo una entrevista casual con George Newness, que había triunfado clamorosamente con Tit-Bits.
Le complacía su sistema de periodismo popular, corto, rápido, interesante.
Cuando escribía en Lady's Pictorial, observa que la sección «preguntas y respuestas» tiene gran aceptación.
Se le agrega su hermano Harold, hábil financiero, como administrador.
Logra que el semanario produzca 30.000 libras de beneficio al año.
Lanza otros cinco semanarios: para las mujeres, para los oficinistas, para los jóvenes, para los niños, y un dominical; todos con aceptación.
Para acrecentar la circulación, alquiló trenes especiales, para que el Daily Mail estuviera al desayuno en todas las mesas.
En su afán de agradar al público, favoreció el sensacionalismo, que en principio reprobaba.
En 1908 llegó a ser el dueño principal de The Times, al que inyectó nueva vida.
El «Napoleón de la Prensa» había redondeado su imperio periodístico.