Las formas en que las sociedades han percibido el concepto de creatividad han cambiado a lo largo de la historia, al igual que el término mismo. El concepto griego antiguo de arte (en griego, " techne " —la raíz de "técnica" y "tecnología"), con excepción de la poesía , no implicaba libertad de acción sino sujeción a reglas . En Roma , el concepto griego fue parcialmente sacudido, y los artistas visuales fueron vistos como personas que compartían, con los poetas, imaginación e inspiración .
En la Edad Media , el término latino creatio pasó a designar el acto divino de " creatio ex nihilo " ("creación a partir de la nada"); por tanto, " creatio " dejó de aplicarse a las actividades humanas. Sin embargo, la Edad Media fue aún más lejos que la Antigüedad, al revocar el estatuto excepcional de la poesía: también ella era un arte y, por lo tanto, un oficio y no una creatividad.
Los hombres del Renacimiento intentaron expresar su sentido de libertad y creatividad. Sin embargo, el primero en utilizar la palabra "creatividad" fue el poeta polaco del siglo XVII Maciej Kazimierz Sarbiewski , aunque la aplicó únicamente a la poesía. Durante más de un siglo y medio, la idea de la creatividad humana encontró resistencia, porque el término "creación" se reservaba para la creación "a partir de la nada".
El escepticismo religioso del siglo XIX permitió un cambio de definición: ahora no sólo se reconocía al arte como creatividad, sino que sólo lo era. Y a principios del siglo XX, cuando se empezó a hablar también de creatividad en las ciencias y en la naturaleza , se entendió por ésta la transferencia, a las ciencias y a la naturaleza, de conceptos propios del arte.
Los antiguos griegos no tenían términos correspondientes a "crear" o "creador". La expresión " poiein " ("hacer") se aplicaba específicamente a la poiesis (poesía) y al poietes (poeta o "creador") que la hacía, más que al arte en general en su comprensión moderna. Por ejemplo, Platón pregunta en La República : "¿Diremos de un pintor que hace algo?" y responde: "Ciertamente no, simplemente imita ". Para los antiguos griegos, el concepto de creador y de creatividad implicaba libertad de acción, mientras que el concepto griego de arte implicaba sujeción a leyes y reglas. El arte (en griego, " techne " ) era "hacer cosas, según reglas". No contenía creatividad, y habría sido -en opinión de los griegos- una mala situación si la hubiera tenido . [1]
Esta concepción del arte tenía una premisa clara: la naturaleza es perfecta y está sujeta a leyes, por lo tanto el hombre debe descubrir sus leyes y someterse a ellas, y no buscar la libertad, que lo desviará de ese óptimo que puede alcanzar. El artista era un descubridor , no un inventor . [2]
La única excepción a esta visión griega —una gran excepción— era la poesía. El poeta creaba cosas nuevas —daba vida a un mundo nuevo— mientras que el artista se limitaba a imitar . Y el poeta, a diferencia del artista, no estaba sujeto a leyes. No existían términos que correspondieran a «creatividad» o «creador», pero en realidad se entendía que el poeta era alguien que creaba. Y sólo él era así. En la música no había libertad: se prescribían melodías, en particular para ceremonias y entretenimientos, y se las conocía con elocuencia de « nomoi » («leyes»). En las artes visuales , la libertad estaba limitada por las proporciones que Policleto había establecido para la estructura humana y que él llamaba «el canon» (que significa «medida»). Platón argumentó en Timeo que, para ejecutar una buena obra, uno debe contemplar un modelo eterno. Más tarde, el romano Cicerón escribiría que el arte abarca aquellas cosas «de las que tenemos conocimiento» (« quae sciuntur » ). [2]
Los poetas veían las cosas de otra manera. El Libro I de la Odisea pregunta: “¿Por qué prohibir al cantor que nos complazca cantando como él mismo quiere? ” . Aristóteles tenía dudas sobre si la poesía era una imitación de la realidad y sobre si exigía apego a la verdad: era, más bien, el reino de aquello “que no es ni verdadero ni falso”. [3]
En la época romana, estos conceptos griegos fueron parcialmente cuestionados. Horacio escribió que no sólo los poetas sino también los pintores tenían derecho al privilegio de atreverse a lo que quisieran (" quod libet audendi " ). En el período de decadencia de la Antigüedad, Filóstrato escribió que "se puede descubrir una similitud entre la poesía y el arte y encontrar que tienen imaginación en común". Calistrato afirmó que "no sólo el arte de los poetas y prosistas está inspirado, sino que también las manos de los escultores están dotadas con la bendición de la inspiración divina ". Esto era algo nuevo: los griegos clásicos no habían aplicado los conceptos de imaginación e inspiración a las artes visuales , sino que los habían restringido a la poesía. El latín era más rico que el griego: tenía un término para "crear" (" creatio " ) y para " creador ", y tenía dos expresiones: " facere " y " creare " , donde el griego tenía sólo una, " poiein ". Aun así, los dos términos latinos significaban prácticamente lo mismo. [4]
Sin embargo, en el período cristiano se produjo un cambio fundamental: la palabra « creatio » pasó a designar el acto divino de «crear de la nada» (« creatio ex nihilo » ). De este modo, « creatio » adquirió un significado diferente de « facere » («hacer») y dejó de aplicarse a las funciones humanas. Como escribió Casiodoro , funcionario y figura literaria romana del siglo VI , «las cosas hechas y creadas difieren, pues podemos hacer, pero no podemos crear». [5]
Junto a esta nueva interpretación religiosa de la expresión, persistió la antigua opinión de que el arte no es un dominio de la creatividad. Esto se ve en dos escritores cristianos tempranos e influyentes, Pseudo-Dionisio y San Agustín . Hombres medievales posteriores como Hraban el Moro y Roberto Grosseteste en el siglo XIII, pensaron de manera muy similar. En este sentido, la Edad Media fue incluso más allá que la Antigüedad ; no hicieron excepción de la poesía: también tenía sus reglas, era un arte y, por lo tanto, era artesanía y no creatividad. [5]
El Renacimiento supuso un cambio de perspectiva. El filósofo Marsilio Ficino escribió que el artista "piensa" (" excogitatio " ) sus obras; el teórico de la arquitectura y la pintura, Leon Battista Alberti , que "preordena" (" preordinazione " ); Rafael , que da forma a una pintura según su idea; Leonardo da Vinci , que emplea "formas que no existen en la naturaleza"; Miguel Ángel , que el artista realiza su visión en lugar de imitar la naturaleza; Giorgio Vasari , que "la naturaleza es conquistada por el arte"; el teórico del arte veneciano, Paolo Pino , que la pintura es "inventar lo que no es"; Paolo Veronese , que los pintores se valen de las mismas libertades que los poetas y los locos; Federico Zuccari (1542-1609), que el artista da forma a "un mundo nuevo, nuevos paraísos"; Cesare Cesariano (1483-1541) afirmaba que los arquitectos eran "semidioses". Entre los músicos, el compositor y musicólogo flamenco Johannes Tinctoris (1446-1511) exigía novedad en lo que hacía un compositor y definía al compositor como "aquel que produce canciones nuevas ". [6]
Aún más enfáticos fueron los que escribieron sobre poesía: GP Capriano sostuvo (1555) que la invención del poeta surge "de la nada". Francesco Patrizi (1586) vio la poesía como "ficción", "formación", "transformación". [7]
Posiblemente el primero en utilizar de forma reconocible la palabra "creación" en términos de creatividad humana fue el poeta y teórico de la poesía polaco del siglo XVII, Maciej Kazimierz Sarbiewski (1595-1640), conocido como "el último poeta latino". En su tratado De perfecta poesi , no sólo escribió que un poeta "inventa", "construye a su manera", sino también que el poeta " crea de nuevo " (" de novo creat " ). Sarbiewski incluso añadió: "a la manera de Dios" (" instar Dei " ). [7]
Sarbiewski, sin embargo, consideraba que la creatividad era privilegio exclusivo de la poesía; la creatividad no estaba abierta a los artistas visuales. "Las demás artes se limitan a imitar y copiar, pero no crean, porque presuponen la existencia del material del que crean o del tema". A finales del siglo XVII, André Félibien (1619-1675) escribiría que el pintor es "por así decirlo [un] creador". El jesuita español Baltasar Gracián (1601-1658) escribió algo similar a Sarbiewski: "El arte es la culminación de la naturaleza, como si fuera un segundo Creador ..." [7]
En el siglo XVIII, el concepto de creatividad aparece cada vez más en la teoría del arte. Se lo vincula con el concepto de imaginación , que estaba en boca de todos. Joseph Addison escribió que la imaginación "tiene algo de creación". Voltaire declaró (1740) que "el verdadero poeta es creador". Sin embargo, en ambos autores se trataba más bien de una comparación entre poeta y creador. [8]
Otros escritores tenían una opinión diferente. Denis Diderot pensaba que la imaginación es simplemente "la memoria de formas y contenidos" y "no crea nada", sino que sólo combina, magnifica o disminuye. Fue precisamente en la Francia del siglo XVIII, de hecho, donde la idea de la creatividad del hombre encontró resistencia. Charles Batteux escribió que "la mente humana no puede crear , estrictamente hablando; todos sus productos llevan los estigmas de su modelo; incluso los monstruos inventados por una imaginación no obstaculizada por leyes sólo pueden estar compuestos de partes tomadas de la naturaleza". Luc de Clapiers, marqués de Vauvenargues (1715-47), y Étienne Bonnot de Condillac (1715-80) hablaron en un sentido similar. [9]
Su resistencia a la idea de la creatividad humana tenía una triple fuente. La expresión "creación" estaba entonces reservada para la creación ex nihilo ( latín : de la nada ), que era inaccesible para el hombre. En segundo lugar, la creación es un acto misterioso, y la psicología de la Ilustración no admitía misterios. En tercer lugar, los artistas de la época estaban apegados a sus reglas, y la creatividad parecía irreconciliable con las reglas. Esta última objeción era la más débil, ya que ya se estaba empezando a comprender (por ejemplo, por Houdar de la Motte , 1715) que las reglas son en última instancia una invención humana . [9]
En el siglo XIX, el arte compensó la resistencia de siglos anteriores a reconocerlo como creatividad. Ahora no sólo se consideraba al arte como creatividad, sino que sólo lo era. [9]
Se ha hecho referencia con frecuencia al crítico de arte John Ruskin en el contexto de la transición hacia la autoexpresión en la historia de la educación artística, aunque algunos académicos creen que se trata de una lectura errónea. [10]
A principios del siglo XX, cuando empezó a discutirse también sobre la creatividad en las ciencias (por ejemplo, Jan Łukasiewicz , 1878-1956) y en la naturaleza (por ejemplo, Henri Bergson ), esto se tomó generalmente como la transferencia, a las ciencias y a la naturaleza, de conceptos propios del arte. [9]
El inicio del estudio científico de la creatividad se considera a veces como el discurso de JP Guilford en 1950 ante la Asociación Americana de Psicología , que ayudó a popularizar el tema. [11]