El roscón de Reyes es un dulce navideño característico de la cultura española, pero por influencia posterior este bollo navideño se sirve igualmente en otros países hispanohablantes (principalmente en México y Guatemala[1]) así como en Francia, Bélgica y Portugal.
El primero corresponde al Reino de Navarra, donde en 1361 se designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en el roscón (como en la actualidad); el segundo testimonio corresponde a Ben Quzman, poeta andalusí, quien en su Cancionero describe una tradición similar con una torta (hallón o hallullo, vocablo que permanece en Granada) en el año nuevo, que contenía una moneda.
Es muy probable que esta tradición con diversos nombres en Navarra, Andalucía, Valencia, Cataluña (Tortell de Reis), tenga un origen común, y no existen documentos que atestigüen la prevalencia de alguna (salvo la referencia a Ben Quzman).
[cita requerida] En el sur de Francia, se elabora el Gâteau des rois,[3] también llamado Couronne des rois,[4] Royaume des rois[5] y Coque des rois[6] (en occitano: reialme, reiaume, corona, tortèl dels reis[7]), que es idéntica al roscón, y la galette des Rois, propia del norte del país, que se hace con masa de hojaldre y se puede rellenar con una crema a base de almendras molidas, azúcar, algo de mantequilla y yema de huevo.
En la cocina lusa este bollo se conoce como "Bolo Rei" y aunque no es igual en ingredientes, la costumbre sí lo es.
El adorno de la rosca es emblemático en México y hasta hace pocos años se le adornaba también con acitrón, sin embargo, el cactus, biznaga de dulce, que constituye la materia prima fue declarada en ese país como una especie en extinción.
En México los extranjeros adoptaron el doméstico rito y también algunos mexicanos que la adoptaron de una manera significativa a tal grado que en 1896 era una costumbre generalizada principalmente en el centro del país.