Paladio (mitología)
En la mitología grecorromana, el Paladio o Paladión (del griego: Παλλάδιον; Palládion) era una estatua arcaica de madera que representaba a la diosa Atenea y se conservaba en Troya desde los tiempos de su fundación.Se decía que la estatua medía tres codos de altura, tenía los pies juntos, una lanza en la mano derecha y una rueca con un huso en la izquierda.[2] Este suceso fue interpretado como un indicio de la aprobación divina para tal fundación, y, en consecuencia, se le construyó un templo y se rindió culto a la imagen, en la idea de que, mientras ella estuviese en la ciudad, ésta sería inexpugnable.[5] Durante la guerra de Troya, cuando los aqueos se enteraron por Héleno de que un requisito indispensable para conquistar la ciudad era conseguir antes el Paladio, mandaron con este fin a Diomedes y a Odiseo, quienes realizaron con éxito su cometido.Existía controversia acerca de si el que finalmente lo robó fue Diomedes u Odiseo.Así se explicaba el proverbio la necesidad de Diomedes, que significaba hacer algo contra su voluntad.