Este era parte de los vestigios del pueblo galo, cuyo territorio desde el siglo IV a.C.
se extendía desde el Argonne hasta el Rin y al que Tácito menciona en el siglo I después de Cristo.
En Metz, como en el resto de la Galia, la civilización galorromana llegó entonces a su esplendor.
A partir del 245, los períodos de paz fueron interrumpidos por episodios violentos y destructivos.
A la muerte de Clodoveo en 511, Thierry I reconquistó la región noreste y la llamó Austrasia.
Metz se convirtió con el tiempo una ciudad libre del Sacro Imperio Romano Germánico.
[6] Ese mismo año Enrique II se convirtió en soberano de las tres ciudades eclesiásticas del Imperio: Metz, Toul y Verdún.
Como todas las ciudades de Reich, recibe una torre Bismarck, una columna de piedra marcada con la efigie del canciller, que domina la ciudad desde el monte San Quintín a Scy-Chazelles, y es tapada en lo sucesivo por la vegetación.
Más de 300 cafés convirtieron a la villa en una "Pequeña París del Este".
Para entonces, aunque de habla francesa desde siempre, la ciudad se volvió bilingüe por las pocas generaciones de niños que habían sido enseñados a, no solo aprender, sino también a hablar, alemán en las escuelas.
En los años 80 todavía los ancianos hablaban alemán entre sí y en las escuelas se oía a los niños, jugando a la pillapilla, decir «frei!», en lugar de «pouce!» sin saber el verdadero origen de dicho término.
En 1961, Metz se fusionó con 3 comunas de su periferia: Borny, Magny y Vallières.
Metz se encuentra en la confluencia de los ríos Mosela y Seille.
[8] Las actividades económicas más importantes de Metz son la metalurgia, el comercio, la industria automovilística, petroquímica y logística.
Metz es a la vez un importante centro fruti-hortícola, siendo su especialidad la ciruela de mirabel.
Finalmente, Metz y Thionville han adherido en el 2007 a una organización al estilo del Benelux, el LELA, renombrado LELA+ por la ocasión.
Sus partidos de local los juega en el Stade Saint-Symphorien cuyo aforo supera los 25.600 espectadores.