En la Francia del Antiguo Régimen, los Tres Obispados (en francés: Trois-Évêchés) fueron una provincia del reino creada tras la paz de Westfalia, con territorios que eran de jure hasta este tratado, del Sacro Imperio Romano Germánico.
En 1659 creció con Carignan, Chauvency-le-Château, Damvillers, La Ferté-sur-Chiers, Marville, Montmédy y Thionville, parte del ducado de Luxemburgo español cedido a Francia por el Tratado de los Pirineos, además de Clermont-en-Argonne, Dun-sur-Meuse y Stenay cedido por el Ducado de Lorena.
[1] En 1679 se añade la nueva fortificación de Saarlouis.
[2] Estos territorios y los ducados de Bar y Lorena formaron un complejo mosaico territorial, objeto de conflictos recurrentes.
Hasta la definitiva anexión francesa de sendos ducados en 1766 a la muerte de Estanislao I Leszczynski.