[17] Por lo tanto, Hammurabi ascendió al trono como el rey de un reino menor en medio de una compleja situación geopolítica, pues Ešnunna controlaba la parte alta del río Tigris y Larsa el delta del río.
Al este Babilonia lindaba con el reino de Elam, mientras que al norte el rey asirio Šamšiadad I estaba llevando a cabo guerras expansionistas,[18] aunque su prematura muerte provocaría la fragmentación de su recién conquistado imperio semítico.
[24] Continuando con su expansión, Hammurabi volvió su atención hacia el norte, donde sofocó las revueltas y aplastó a Ešnunna.
La pieza debió estar expuesta en un lugar público a la vista de todos, aunque pocos estaban alfabetizados para leerla.
Allí fue redescubierta en 1901 y en la actualidad se halla expuesta en el Museo del Louvre de París.
[33] El código de Hammurabi contiene doscientas ochenta y dos leyes escritas por escribas en doce tabletas.
A diferencia de leyes anteriores, en este código están escritas en acadio, el idioma diario en Babilonia, para que pudiera ser leído por cualquier persona alfabetizada.
[36] Sin embargo, no incluye ninguna disposición por circunstancias atenuantes que puedan modificar la pena prescrita.
Se han establecido ciertos paralelismos entre este código babilónico y las leyes dadas a Moisés para los antiguos hebreos, aunque es cierto que presentan marcadas diferencias, tanto en sus métodos como en su forma de entrega, señaladas por numerosos estudiosos a lo largo de los años.
[5][4] El estamento clerical contribuía al sostenimiento del poder de Hammurabi, lo que le obligaba a honrarles con privilegios y donaciones.
[13] Así, los templos adquirieron nuevas funciones y significados que los diferenciaban de los planteamientos sumero-acadios.