Louis Franchet d’Espèrey

Como comandante de un importante ejército aliado con base en Salónica, condujo la exitosa campaña del Frente macedonio que originó el colapso austro-alemán en el frente de los Balcanes y llevó al armisticio de 1918 que dio fin a la Primera Guerra Mundial.Posteriormente, ya iniciada la guerra, el luego general inglés Edward Spears, entonces teniente y oficial de enlace entre la fuerza británica en Francia y el Quinto ejército, escribió que Franchet parecía físicamente "un proyectil de obús" y que había tenido un ”efecto galvanizador” sobre sus oficiales al hacerse cargo de su comando: ordenó que quien no cumpliese con su deber sería fusilado, aunque perteneciese a su Estado Mayor[1]​[2]​ También según Spears, Franchet era naturalmente bondadoso, pero afectaba actitudes tiránicas para motivar a sus oficiales.A pesar de repetidas peticiones hechas desde las 10 de la mañana, su superior el general Charles Lanrezac, comandante del Quinto ejército, no lo autorizó a atacar.Previamente, consciente de las pobres relaciones que su predecesor Lanrezac tenía con el Cuerpo Expedicionario Británico al mando del general John French, se comunicó con él en cuanto se hizo cargo del comando del Quinto ejército, prometiéndole cooperación y, más aún, ese mismo día se reunió con él para combinar un plan de ataque.Esta fuerza multinacional estaba formada por 9 divisiones griegas, 6 francesas, 6 serbias, 4 británicas y una italiana.Las primeras ofensivas austrohúngaras (agosto y noviembre de 1914) fueron fracasos humillantes ante un pequeño país limítrofe.Con ese fin, entre otras acciones, prometieron a Bulgaria importantes porciones de territorio serbio si se les unía en el ataque a ese país, cosa que Bulgaria, en 1915, aceptó.En 1916 una fuerza de serbios y rusos desembarcó en Salónica, Grecia para iniciar una ofensiva desde el sur.Las primeras tentativas fueron un fracaso, con derrotas en dos ocasiones en agosto del mismo año.Independientes de lo que ocurría en el Frente Occidental, las fuerzas alemanas (en paulatina retirada), austrohúngaras y búlgaras conservaban su poder: lo probaban las batallas de Doiran[5]​[6]​[7]​ que castigaron en particular a las tropas británicas.Ejército búlgaro) al mando del general Friedrich von Scholtz.Este colapso de los imperios centrales en los Balcanes y el subsiguiente armisticio, tuvieron una importancia capital.Entre marzo y abril de 1919, recompuso la situación crítica originada por la ofensiva del ejército rojo en el sur de Ucrania y posibilitó así una evacuación en orden.Otros miembros fueron el periodista Henri de Kérillis, el comandante Ihler, los hermanos Georges Estienne y René Estienne, tres mecánicos de la Renault y tres legionarios.