Estudió con Helen Isepp, tomó clases magistrales con Lotte Lehmann y Meriel St.
Clair ganando el Premio Kathleen Ferrier y su perfeccionamiento en el Mozarteum de Salzburgo.
En 1959 gana el premio de la Royal Academy lo que le permite cantar Rodelinda de Handel junto a Joan Sutherland.
Junto a Elisabeth Schwarzkopf, Christa Ludwig, Irmgard Seefried, Victoria de los Ángeles, Sena Jurinac, Fritz Wunderlich, Gérard Souzay, Dietrich Fischer-Dieskau, Hermann Prey y otros integró el excepcional grupo de cantantes que revivieron el arte del recital en la posguerra.
En 2007 recibe el Premio World of Song de la Fundación Lotte Lehmann