Jacques-Bénigne Bossuet

Aunque estaba destinado por nacimiento al sacerdocio (como es habitual en la sociedad estamental), frecuenta el mundo por algún tiempo.Es ordenado subdiácono en Langres en 1648, momento en que rompe con el sigilo y redacta una Méditation sur la Brièveté de la Vie (Meditación sobre la brevedad de la vida), en la que pueden verse en germen sus obras futuras.En 1652, se doctora en teología y es ordenado sacerdote, al tiempo que archidiácono de Sarrebourg; más tarde, en 1654, obtiene el mismo beneficio eclesiástico en Metz.Llamado enseguida a París, se granjea una gran reputación por sus sermones y panegíricos de santos.Son obras maestras de elocuencia incomparables con cualquier otro ejemplo si no nos remontamos a la Antigüedad Clásica.Tanto las expresiones como los giros, movimientos, construcción y armonía, son propios suyos.El papa, irritado, los hizo quemar, pero no llegó a calificarlos como heréticos.Se conoce a este movimiento como Galicanismo, doctrina que influirá particularmente en España con la llegada de los Borbones (Felipe V) en 1700 (véase Regalismo).En él le trata de enseñar cómo la historia no está dirigida por los reyes, sino por la Divina Providencia, y por eso debe dejarse aconsejar por los obispos.Discurso sobre la Historia Universal se inspira en La ciudad de Dios de san Agustín y explica, como esta, la historia del mundo como una guerra metafísica entre Dios y Satanás.En esta guerra, Dios mueve (por intervención divina/divina providencia) a los gobiernos, movimientos políticos/ideológicos, y fuerzas militares alineadas (o mejor alineados) con la Iglesia Católica (la Ciudad de Dios) para que se opongan por todos los medios —incluido el militar—a los gobiernos, movimientos políticos/ideológicos, y fuerzas militares alineados con el Demonio (la Ciudad de Satanás).
Estatua de Bossuet en la plaza de Saint-Sulpice de París.
Oeuvres , 1852