Aunque fue educado como calvinista, muy pronto se convirtió al catolicismo.
Después pasaría a combatir en el ejército español en la Guerra de Sucesión portuguesa.
En este conflicto se distinguió particularmente en la batalla de Jurumeña (1663).
[2] Posteriormente, en 1667, desempeñó algunas misiones diplomáticas en Alemania e Italia por encargo de Luis XIV.
La primera de ellas ocurrió en 1672-73, cuando fue embajador del rey francés ante Carlos I Luis del Palatinado, con objeto de intentar que este príncipe no se uniera a la Cuádruple Alianza contra Francia en la guerra franco-neerlandesa.
En esta embajada fue acompañado por su hermano, Louis de Courcillon, célebre gramático, como secretario.
Este último elemento fue especialmente señalado por Saint-Simon, célebre memorialista que comenzó sus propias memorias como añadidos por los de Dangeau.