Andrónico III Paleólogo

Andrónico se rebeló, pues contaba con un poderoso grupo de apoyos, y se inició una guerra civil cuya primera fase acabó con su coronación y aceptación como coemperador de su abuelo en 1325.

Durante su reinado, Andrónico III estuvo casi constantemente en guerra, sobre todo con los turcos otomanos, que expandieron su territorio, conquistando casi toda Asia Menor antes de la llegada al poder de Andrónico.

En su reinado, Nicea cayó en manos del emir otomano Orhan I en 1331, y Nicomedia en 1337.

Tras estas pérdidas, sólo Filadelfia y algunos puertos siguieron estando bajo control bizantino.

[2]​ Consciente de la corrupción del sistema administrativo y la debilidad del sistema judicial, en 1329 se lanzó a realizar una reforma judicial que, en su contenido, se propuso como continuación y revisión de la adoptada por Andrónico II en 1296.

[3]​ Habiendo ascendido al trono, Andrónico III intentó por todos los medios evitar la pérdida de las últimas posesiones duplicando el número del ejército, pero ya era demasiado tarde.

[2]​[3]​ En los Balcanes, mientras tanto, persistían las hostilidades entre Serbia y Bulgaria, que se habían prolongado desde la guerra civil; en cualquier caso, el poder de Esteban Uroš III Dečanski no admitía competidores: el 28 de julio de 1330 en Velbazhd, los serbios derrotaron completamente a los búlgaros matando a su soberano, Miguel Sisman, y asumiendo el protectorado sobre el estado.

[2]​ Así silenciados los conflictos con Serbia y Bulgaria, Andrónico se dispuso a hacer campaña contra los estados separatistas en Grecia.

[2]​ Unos meses más tarde Juan murió en circunstancias sospechosas y el dominio en el principado fue asumido por su esposa Ana Paleóloga, en nombre y representación de su hijo menor Nicéforo II pero que sin embargo tuvo que aceptar la supremacía del emperador.

[2]​[3]​ Unos meses más tarde estalló una revuelta separatista en Epiro, orquestada por los angevinos, pero no tuvo éxito: Arta fue conquistada por los alborotadores pero las otras ciudades permanecieron fieles al gobierno; unas semanas más tarde, el gobernador de Tesalónica, Juan Angelo, retomó el control de todo el territorio, mientras que el antiguo gobernante Nicéforo II fue puesto en un exilio dorado pero bajo vigilancia en Constantinopla.

[3]​ Andrónico III murió repentinamente en 1341, dejando heredero a su hijo Juan, un niño de diez años.

[3]​ Este éxito, sin embargo, fue efímero ya que, debido a las continuas disputas internas dentro del consejo de regencia, estalló una larga y sangrienta guerra civil que habría destruido definitivamente el Imperio Bizantino.

Bizancio al comienzo del reinado de Andrónico III.