Por este motivo, el principal rival político de Fatah, el partido islamista Hamás, anunció inicialmente que no reconocería la extensión de su mandato y que no consideraría a Abbas como su legítimo presidente.[12] Durante su mandato, criticado especialmente por la facción política Hamás, ha tenido que hacer frente a la difícil situación territorial (con las dos regiones palestinas, Cisjordania y la Franja de Gaza, completamente aisladas la una de la otra), al conflicto con Israel (que mantiene ocupados los territorios palestinos desde 1967) y al conflicto político entre Hamás y Fatah.Años después comenzó a estudiar en la Universidad Patrice Lumumba de Moscú, donde en 1982 obtuvo un doctorado.[2][25] En una entrevista en 2012, Abbas recordaba: “como habíamos tomado las armas, estábamos en posición de deponerlas con credibilidad”.[29] Entró en el Consejo Nacional Palestino en 1968 y fue elegido para la ejecutiva de la OLP en 1980.[2] A este respecto publicó unas memorias tituladas “Through Secret Channels: The Road to Oslo” (1995).[31] Durante las conversaciones que llevaron a estos acuerdos, los servicios secretos israelíes instalaron micrófonos en la oficina de Mahmoud Abbas, gracias a los cuales descubrieron que su relación con Yasir Arafat era muy mala.Ahora llega la pregunta: ¿podemos construir las instituciones que permitan reconstruir esta tierra quemada?[2] En 1995, firmó junto con el negociador israelí Yossi Beilin el conocido como Acuerdo Beilin-Abu Mazen, que se suponía que iba a servir de marco para un futuro acuerdo de paz palestino-israelí.Según Gilbert Achcar, fueron los Estados Unidos quienes impusieron a Abbas sobre Arafat, el líder palestino elegido democráticamente, aunque la mayoría de los palestinos pensaba que Abbas era un colaborador con la ocupación israelí.Abbas también entró en conflicto con las distintas milicias palestinas, y en especial con Hamás y con la Yihad Islámica palestina, debido a que los defensores de una línea dura se oponían a sus políticas pragmáticas.Aunque en un principio se comprometió a no usar la fuerza contra los milicianos palestinos para evitar una guerra civil, y aunque sus intentos de negociación tuvieron un éxito parcial cuando ambos bandos prometieron respetar un alto el fuego unilateral palestino, la violencia continua y los asesinatos selectivos israelíes de conocidos líderes palestinos obligaron a Abbas a llevar a cabo una redada para mantener los compromisos palestinos de la Hoja de Ruta para la Paz.Abbas comentó al diario Asharq Al-Awsat: “el uso de armas ha sido dañino y debería terminar”.Sin embargo, se negó o no fue capaz de desarmar a las distintas milicias palestinas y a usar la fuerza contra los grupos que el gobierno israelí calificaba de organizaciones terroristas.[48] Las elecciones se celebraron en la fecha prevista y resultaron en una abrumadora victoria de Hamás.Los palestinos rápidamente compararon a Abbas con Chadli Bendjedid, el presidente argelino que convocó elecciones en 1991 esperando ganarlas fácilmente, las perdió ante partidos islamistas y fue depuesto por un golpe de Estado militar que dio comienzo a la sangrienta guerra civil argelina.En palabras del historiador inglés Ian Black, “la palabra boicot se convirtió en un símbolo de la hipocresía de los gobiernos occidentales, que llamaban a la democracia (aunque apoyaban a su dictadores árabes favoritos y les vendían armas sofisticadas) pero ignoraban sus resultados”.[13] Mahmud Abás se comprometió varias veces entre 2006 y 2020 en llamar a elecciones pero no lo hizo.Sneh informó al momento de lo más importante de su reunión a la oficina del primer ministro, pero le respondieron que el primer ministro no estaba interesado en ese asunto.Poco antes, Abbas y Olmert habían tenido múltiples reuniones en Jerusalén sin apenas avances.[60] Mientras los negociadores oficiales (Tzipi Livni por Israel y Ahmed Qurei por Palestina) proseguían con las rondas de diálogo, Olmert y Abbas se reunieron en secreto docenas de veces con Condoleezza Rice como intermediaria.[65] El Enviado Especial de Estados Unidos a Oriente Próximo, George J. Mitchell, admitió que Abbas tenía buenos motivos para rechazar la oferta de Olmert tal y como había sido propuesta: “la vaguedad que resultaba necesaria para Olmert supondría un lastre para Abbas”.[69] Abbas se retractó de su afirmación al día siguiente, reconoció que la acusación no era cierta y declaró que “no intentaba causar daño alguno al judaísmo ni ofender a los judíos de todo el mundo”.[74] Este nombramiento se ha considerado ilegal porque, según la Ley Básica Palestina, el presidente puede despedir a un primer ministro, pero no puede nombrar a su sustituto sin la aprobación del Consejo Legislativo Palestino.El nombramiento de Fayyad nunca fue siquiera propuesto al Consejo Legislativo Palestino.[83] En febrero de 2010, Abbas realizó su tercera visita oficial a Japón, donde se reunió con el primer ministro Yukio Hatoyama.También realizó la primera visita de un líder palestino a Hiroshima, y habló sobre el sufrimiento del pueblo japonés en esta ciudad comparándolo con el sufrimiento del pueblo palestino.El extracto que negó haber pronunciado decía “no puedo decirle a cuatro millones de palestinos que solo cinco mil podrán volver a casa” en alusión al problema de los refugiados palestinos.[86] Rice negó haberse inventado la historia, mientras que su jefa de gabinete, Georgia Godfrey, escribió “la Dra.[87] En 2017, año en el que Israel conmemoró el centenario de la Declaración Balfour, Abbas exigió al Reino Unido que se disculpase por este “infame” documento, uno de los orígenes del conflicto árabe-israelí.