Henry Fielding

Está considerado como el creador de la tradición novelística inglesa junto con su contemporáneo Samuel Richardson.

[4]​ En Eton, además, Fielding trabó amistad con los que luego serían poderosas figuras del país, a saber, lord George Lyttelton, que sería Chancellor of the Exchequer (Canciller del Tesoro) y futuro mecenas de Fielding, y William Pitt «el Viejo», futuro primer ministro.

[1]​[6]​ Durante su educación en Eton debió además familiarizarse con los clásicos ingleses de la Restauración, como Congreve, Milton, Dryden, o Farquhar, y con la obra de contemporáneos, como lord Chesterfield, Swift, Defoe y Pope.

Animado por lady Montagu —ilustrada prima suya—, Fielding escribió en 1728 dos obras, de las cuales Love in several masques (El amor en varias máscaras) fue representada en el prestigioso teatro de Drury Lane,[3]​ con un éxito irregular[7]​ que acarreó pérdidas al director del teatro, Colley Cibber.

Estas primeras obras estaban marcadamente influenciadas por el estilo y los cánones desarrollados tras la Restauración por dramaturgos como Steele o Dryden.

[2]​ Ese mismo año, a pesar de sus actividades teatrales, Fielding decidió abandonar Inglaterra, y viajó al continente para realizar, supuestamente, su Grand Tour.

Así, marchó primeramente a los Países Bajos, donde se matriculó, ese mismo año, en la Universidad de Leiden.

En 1729 volvió a Leiden, pero su situación financiera, que dependía en buena medida de la asignación que le daba su padre, se había visto deteriorada y hubo de regresar, tras un peculiar periplo por Francia e Italia, a Inglaterra: su padre había enviudado y se había vuelto a casar, incrementando sus obligaciones financieras, y, además, la renta que Henry recibía de la herencia de su abuelo era, gracias al desfalco que su padre Edmund había realizado en 1721, muy pequeña.

A su regreso a Londres en verano de 1729, trató de representar algunas otras obras de teatro que había escrito en sus viajes, pero Colley Cibber le cerró las puertas del Drury Lane y tuvo que recurrir a otros teatros menores, donde al fin logró estrenar, en 1730, su segunda comedia, The Temple Beu (El galán del Temple), abandonando el canon de la Restauración a favor del estilo más ligero preconizado por otros autores, como John Gay.

[7]​ Siguió escribiendo obras teatrales, y logró labrarse un cierto renombre; en este período escribió unas 25 piezas, de las que dos, The Author's Farce (La farsa del autor, feroz sátira política con, además, violentos ataques personales contra Colley Cibber), y The Tragedy of Tragedies; or, The Life and Death of Tom Thumb the Great (La tragedia de las tragedias, o la vida y la muerte de Pulgarcito el Grande), ambas sátiras políticas contra Walpole, alcanzaron gran éxito.

Así, este año, 1740, marca un punto de inflexión en su carrera, al comenzar a escribir ficción: desde 1740 hasta su muerte, en 1754, Fielding alternó el Derecho con la literatura, en la que alcanzaría un éxito sin precedentes.

Curiosamente, la obra se publicó mediante suscripción, y uno de los suscriptores fue el mismo Robert Walpole, ya en sus horas más bajas.

Al año siguiente, con la esperanza de mejorar su salud, sus médicos le recomendaron viajar a latitudes más cálidas y de clima más benévolo, y Fielding se embarcó con su familia hacia Lisboa.

Fue enterrado en el cementerio británico de la capital lusa, y en 1830 se erigió allí un monumento en su honor.

La influencia de Fielding sobre Laurence Sterne o Denis Diderot en este aspecto es clara.

En este sentido, las novelas de Fielding, en especial el Tom Jones, contienen una gran autorreflexión.

Los personajes de Fielding suelen ser, a menudo, tipos sociales; así, por ejemplo, el squire Western del Tom Jones es un típicamente poco sofisticado e inculto caballero tory rural, obsesionado con la caza del zorro, que bebe demasiado y con un afán desmedido por acrecentar sus posesiones.

Sin embargo, Fielding compensa esto con una preocupación casi constante por descubrir el orden universal de las cosas.

En ellos, existe una cierta profundidad emocional al retratarlos, y sin duda se desenvuelven en una compleja realidad de interacciones e interrelaciones humanas, con la continua presencia del narrador omnisciente (el propio Fielding), quien de continuo vierte opiniones sobre la historia y la naturaleza humana, y cuya compañía muchos de los lectores modernos llegan a disfrutar.

Estructuralmente, sus frases son complejas y largas, pero fáciles de leer incluso para un lector moderno, al que quizá se le escapen cultismos anglosajones hoy en día en desuso.

Quizá además cabría señalar que, aunque desconocido como dramaturgo fuera del mundo anglosajón, Fielding ha sido considerado como el principal autor de comedias del siglo XVIII, y es sin duda una figura muy apreciada.

George Bernard Shaw lo consideraba, incluso, el mayor dramaturgo inglés después de Shakespeare.

[16]​ No obstante, quizá por enmarcarse dentro de la tradición teatral dieciochesca, con tramas poco sentidas y tan de marcado carácter moralizante, su popularidad como dramaturgo no alcance a la que mantiene como novelista.

Junto con Richardson, se considera que renovó la novela como género dentro de la literatura británica.

Postuló una nueva estructura en la cual se basaron escritores posteriores, como Dickens o Thackeray.

Robert Walpole , el primer primer ministro, fue blanco de grandes críticas de Fielding, y acérrimo enemigo del mismo, hasta el punto de lograr vetarlo como dramaturgo.
Lámina de 1800 que representa a Sophia Western, para la creación de la cual Fielding se basó en su mujer Charlotte, con un vestido estilo Imperio . Grabado por J.C. Stadler y Piercy Roberts a partir de un dibujo de Adam Buck .
Tumba de Fielding en Lisboa.