Literatura de la Restauración inglesa

Esto explica que muchos poetas esperaran a la Restauración para publicar sus obras, escritas durante el interregno.

A cada credo le correspondía una actividad literaria distinta en poesía y prosa, ya que los teatros se cerraron durante este periodo.

Por su parte, los aristócratas instalados en las Provincias Unidas aprendieron las virtudes de los intercambios comerciales y pudieron estudiar las obras racionalistas que circulaban por ese tolerante país.

Esto provocó que se pudiera desarrollar una literatura disidente durante su reinado, tanto en ciencias políticas como en economía.

Este efecto se prolongó más allá de la muerte del monarca aunque en algunos géneros literarios empezó a extinguirse antes que el propio Carlos.

La obra se presentaba en forma de balada, y tanto los demás poetas como las críticas condenaron esta decisión al juzgarla poco apropiada para describir actos heroicos.

Milton, al igual que Davenant, deseaba ofrecer a Inglaterra una epopeya y escribió su obra en versos blancos.

La poesía lírica, aquella en la que el poeta expresa en primera persona sus propios sentimientos y su estado de ánimo, no fue especialmente popular durante la Restauración.

Según explica John Dryden, en su prefacio de la obra The Conquest of Granada, la rima en pentámetro yámbico tiene la dignidad apropiada para un tema elevado, permitiendo al mismo tiempo un enunciado completo y coherente.

Algunos autores reaccionaron en contra del dístico heroico burlándose de este ritmo: Samuel Butler en su Hudibras utilizó una parodia substituyendo los pentámetros por tetrámetros.

Esta nueva forma fue bautizada como “versos hudibrásticos” y tuvieron gran aceptación, sobre todo en el mundo de la sátira.

Por su parte, Aphra Behn, Matthew Prior y Robert Gould eran de origen plebeyo, pero no por ello menos fervientes realistas.

Sus obras Absalon and Achitophel y Religio Laici fueron de gran ayuda para Carlos II al presentar como lógicas algunas decisiones reales cuestionables.

Sus obras Absalon and Achitophel y Religio Laici fueron de especial ayuda para Carlos II, al presentar como razonables algunas decisiones reales controvertidas.

Esta conversión gentil del poeta cortesano ocasionó que se escribieran diversas sátiras sobre el asunto.

El éxito alcanzado por esta joven y por su poesía cortesana es especialmente destacable, ya que la propia Aphra era una plebeya.

Al igual que Dryden, no tenía ninguna relación con los grandes pares del reino, tal vez menos incluso.

Este texto resume de forma brillante las principales ideas del racionalismo científico que tanto prosperó en el siglo XVIII.

La ciencia no puede tener sacerdotes; cada individuo debe estar capacitado para reproducir los experimentos y las lecciones.

La Restauración moderó los escritos teológicos más sectarios, pero el radicalismo religioso permaneció durante todo este periodo.

Los textos más radicales encontraron refugio en la clandestinidad mientras que algunos viejos partidarios de Oliver Cromwell decidieron aflojar posturas.

El libro, influenciado por las técnicas del teatro y de la biografía, tiene una estructura lineal aunque rinde un cierto homenaje a la gran tradición alegórica encarnada por autores como Edmund Spenser.

Por su parte, el científico Robert Boyle se interesó también por la cuestión religiosa firmando numerosos ensayos sobre la figura de Dios que continuaron teniendo éxito incluso después de la Restauración: aún sigue siendo populares gracias a la parodia que hizo más tarde Jonathan Swift en su obra Meditation Upon a Broomstick.

Muddiman inició su carrera como periodista durante el interregno y fue nombrado redactor de Parliamentary Intelligencer, órgano oficial del Parlamento.

La primera novela de Behn, Love Letters Between a Nobleman and His Sister, se publicó en 1684.

Behn escribió por otra parte una serie de “Historias” sobre personajes ficticios como por ejemplo History of a Nun.

Hacia el final del periodo, Charles Gildon y Edmund Curll encontraron una forma de comercio fructífera: Curll era librero (lo que hoy en día sería un editor) y empezó a pagar a los autores para que escribieran biografías o traducciones.

Al no tener público, la compañía fusionada había perdido su dinamismo y fue comprada por un grupo de especuladores llamados los “aventureros”.

Aunque los autores calificaron estas obras de historias o tragedias, la crítica moderna prefiere considerarlas como dramas heroicos, término inventado por el propio Dryden.

En los años 1670 y 1680, se operó una transición gradual del heroísmo hacia una tragedia más patética, concentrándose en los asuntos amorosos o domésticos, aunque los personajes principales seguían siendo famosos.

Retrato de Samuel Pepys .
William Davenant propietario del primer teatro reabierto en la Restauración
Aphra Behn fue la primera escritora profesional.
Grabado representando a Richard Blackmore .
Portada del libro History of the Royal Society
Grabado de una pulga en el libro Micrographia
Portada de la publicación The London Gazette informando sobre el fuego de Londres.
Portada de la recopilación The Athenian Oracle
Primera edición de Oroonoko de Aphra Behn.
Teatro de la Duke´s Company en Londres.
Retrato del arquitecto y autor John Vanbrugh .
La actriz Elizabeth Barry que inauguró la época de las grandes actrices dramáticas.
William Congreve en un retrato de 1709.