Magno Máximo

Proclamado emperador en Britania por sus tropas, logró imponerse al augusto Graciano el Joven y gobernar Britania, Galia e Hispania desde Tréveris, siendo reconocido por Valentiniano II y Teodosio el Grande.

En 386 marchó contra Valentiniano, que huyó a Oriente, y en cuyo favor intervino Teodosio.

En 368 marchó junto a su patronus y pariente Teodosio el Joven a Britania, para participar en la campaña que rechazó una invasión de varios pueblos bárbaros en la llamada por Amiano Marcelino, Conspiración Bárbara.

En ese momento, Máximo quizás ocupaba ya el título de Dux, o tal vez Comes Britanniarum, donde habría llevado a cabo una magnífica labor en la lucha contra los piratas sajones y los pictos y atacotos.

A finales de 382 o en la primavera del año 383 (en 381 según otras fuentes), en el territorio attacotti al norte del muro de Adriano, tras una aplastante victoria contra los pictos durante una ofensiva, sus soldados lo nombraron emperador, desembarcando poco después en la Galia para atacar a Graciano quien, tras algunas escaramuzas cerca de Lutetia Parisiorum (act.

Geoffrey de Monmouth, menciona Armórica y esto ha hecho que algunos historiadores hayan enfocado sus búsquedas sobre Bretaña.

Zósimo propone un desembarco en la desembocadura del Rin, lo que contradice a Geofrey de Monmouth, pero sin identificar ni el lugar exacto del desembarco, ni la ruta que siguió hasta París, donde derrotó a Graciano.

A pesar de todo, Máximo mantuvo buenas y estrechas relaciones con la Iglesia, y únicamente se le ha reprochado su modo de resolver el asunto priscilianista, especialmente por parte del clero galo.

Destacan las excelentes relaciones con Martín de Tours, quien le visitaba con frecuencia entre otros motivos para interceder por Prisciliano y por aquellos que se mantenían leales a Graciano y a quien Máximo siempre trató con respeto, hasta el punto de compartir mesa con él junto a su esposa en no pocas ocasiones.

[4]​ En general, el gobierno de Máximo en Occidente no fue del todo negativo.