Para consumar su venganza, Máximo se valió de dos cómplices, dos mercenarios escitas llamados Optila y Transtila, antiguos leales a Aecio, los cuales asesinaron a Valentiniano y a Heraclio por órdenes de Máximo en el Campo de Marte.
Varios aspirantes al trono surgieron, entre los cuales estaba Petronio Máximo; Maximiano, comes domesticorum del difunto Aecio; y Mayoriano, un influyente militar que contaba con el apoyo de la viuda de Valentiniano, Licinia Eudoxia.
Por otro lado, Genserico deseaba aupar a su propio pretendiente al trono del Imperio occidental.
Según las versiones, fue apedreado hasta la muerte o asesinado por un cierto soldado llamado Ursus,[10] siendo su cuerpo mutilado y arrojado al Tíber el 31 de mayo del 455.
A pesar del saqueo de la ciudad por los vándalos y la captura de mucha gente como esclavos o rehenes, gracias a las súplicas del papa León I Magno, los vándalos desistieron de las acciones más destructivas que solían acompañar a un saqueo, como los incendios, torturas y asesinatos.