Al ser depuesto, fue obligado a convertirse en obispo de Piacenza para salvar la vida, y moriría un año después en oscuras circunstancias.
Tras recibir el rango de vir illustris, regresó a Auvernia, donde ejerció otros importantes cargos.[¿cuál?]
Teodorico aclamó como nuevo emperador a Avito en Tolosa el 9 de julio del 455,[5] siendo apoyado también por la aristocracia galorromana.
Avito se pasó los siguientes tres meses consolidando su poder en la Galia, y es posible que lanzara una campaña sobre la región del Nórico.
El magister militum Ricimero consiguió vencer a los vándalos en dos batallas, en Agrigento y en Corsica.
Los visigodos consiguieron derrotarles y tomaron control de la provincia, siempre bajo la autoridad nominal del Imperio.
Su impopularidad creció cuando sufragó gastos fundiendo el bronce de diversas estatuas y elevando los impuestos.
Pese a que no pudo contar con el respaldo de Teodorico, que se hallaba en Hispania, consiguió acudir con fuerzas renovadas hasta Piacenza, donde se enfrentó al ejército de Ricimero, siendo derrotado, y Mesiano muerto.