Es el área protegida más grande del país con una superficie aproximada de 10 200 km².
El parque nacional Yasuní se encuentra ubicado en la región Amazónica ecuatoriana (PNY), se sitúa en áreas de las subcuencas de los ríos Tiputini, Yasuní, Nashiño, Cononaco y Curaray, tributarios del río Napo, que a la vez desemboca en el Amazonas.
[2] Este parque cuenta con más especies de animales por hectárea que toda Europa junta.
[2] Presenta un clima megatérmico lluvioso con temperaturas cálidas con promedios entre 24 a 27 °C, siendo constante durante todos los meses, con altas precipitaciones anuales de aproximadamente 3400 mm, y una humedad relativa desde el 80 hasta el 94 % durante todo el año.
El sotobosque se conforma por especies arbustivas y arbóreas que se encuentran en crecimento como Piper reticulatum, Duroia hirsuta, Faramea multiflora; existen especies de palmeras arbustivas como Ammandra dasyneura, Chamaedorea pinnatifrons, Geonoma sp., Hyospathe elegans y Desmoncus polyacanthus.
Se compone de varias especies endémicas, árboles que pasan sumergidos parcialmente durante una parte del año, especies como Macrolobium acaciifolium, chontilla (Bactris riparia), mangle de agua dulce (Coussapoa trinervia) y Pterocarpus amazonica.
Las áreas poco inundadas se registran especies como Myrciaria dubia, Virola surinamensis, Croton cunneatus y Gurania erinatha.
[5] Crecen en llanuras aluviales mal drenadas, la mayor parte del año pasa inundado, la mayor parte la superficie se encuentra dominada por morete (Mauritia flexuosa), crece junto a un árbol con apéndices espinosos en su tallo Jacaratia digitata; además de especies como Scheelea brachyclada, Mauritiella aculeata, Euterpe sp.
La iniciativa proponía que los países desarrollados paguen a Ecuador cada año una compensación económica para mantener ese territorio sin explotación petrolera.
En 2013 el estado ecuatoriano canceló la campaña porque no se logró la compensación económica internacional esperada y anunció que un 0.1 % del parque nacional se usará para la extracción petrolera,[7] es decir 10 km² (1000,0 ha), lo que se estima generará alrededor de 18 000 millones de dólares (600 millones de dólares anuales durante 30 años).
La iniciativa tiene por objetivo ayudar a varios territorios de la Amazonia repartidos en cinco sitios piloto (en Brasil, en Colombia, en Perú y en Ecuador) en su lucha contra la deforestación y su transición hacia modos de desarrollo sostenible.
Posteriormente, en el año 2001, gracias a un encuentro organizado por el Ministerio de Turismo y la Organización Internacional del Trabajo, se comienza a discutir el interés por fomentar un turismo sostenible desde la perspectiva de las comunidades indígenas.
Frente a esto, el ecoturismo plantea el crear una relación, un conocimiento entre naturaleza y ser humano, visto desde las comunidades asentadas en el territorio donde se realice la actividad y los potenciales visitantes, para minimizar los posibles impactos que se puedan generar buscando un proceso de conservación.
El turismo comunitario también se presenta como una actividad socioeconómica que pretende crear una valorización de la naturaleza.
Se caracterizan por vender paquetes turísticos dentro de un sistema todo incluido, con alimentación, transporte, guianza, alojamiento y actividades.