El manuscrito Voynich es un libro ilustrado, de contenidos desconocidos, escrito por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible.
Su firma en el margen inferior del primer folio se ha desvanecido y solo es visible bajo luz ultravioleta, pero debe ser posterior a su ennoblecimiento.
[8][9] Año y medio antes le había enviado al jesuita Athanasius Kircher una transcripción parcial del mismo, confiando en que él podría traducirlo.
Athanasius Kircher nació en 1601 o 1602 en Alemania y, después de algunos viajes aventureros, llegó a Roma en 1635, donde permanecería hasta su muerte en el Colegio Romano.
En 1903 los jesuitas decidieron vender esta colección al Vaticano, pero la transacción no se completó hasta 1912, cuando Wilfrid Voynich entró en escena.
En 1908 adquirió una importante librería de anticuario en Florencia, ciudad donde también estuvo trabajando el padre jesuita Joseph Strickland, exalumno del Colegio Mondragone.
A este respecto, los estudios de Prescott Currier y otros más recientes han detectado distintas manos involucradas en la escritura, por lo que la autoría podría ser compartida (sobre esta cuestión, véase: Descripción general).
[8] Aunque Marci prefirió no opinar sobre la cuestión, diciendo que «sobre este punto suspendo el juicio», Wilfrid Voynich defendió con ahínco que el manuscrito había sido escrito por Bacon a mediados del siglo XIII como registro de sus descubrimientos secretos de la ciencia o la magia.
[21] Aunque el emperador murió en 1575 y la obra quedó inacabada, en 1589 Dee traspasó estos dibujos a Kelley, junto con ciertos libros arcanos de su autoría.
[26] El texto está estructurado en párrafos cortos formados por grupos de caracteres separados mediante espacios y rara vez presenta enmiendas o correcciones.
[35] Más intrigantes son las dos iniciales resaltadas en rojo en la primera página del manuscrito (f1r), que no vuelven a aparecer en el texto.
[39] Esto acerca al voynichés a un lenguaje humano, pero no garantiza necesariamente que el texto tenga significado.
[46] En la esquina superior izquierda del folio también aparecen algunos bocetos pequeños: un objeto alargado que podría ser un frasco, un animal cuadrúpedo similar a una cabra y una figura femenina desnuda.
Existen muchas lecturas y transcripciones divergentes de esta marginalia, pero en ningún caso el texto se ha logrado traducir íntegramente.
[49] Además, faltan las ilustraciones de Capricornio y Acuario, pero al parecer el folio donde deberían haber aparecido está perdido.
El nombre del mes correspondiente a cada signo está escrito en una letra diferente al voynichés y probablemente posterior.
[59] La sección cosmológica comprende un conjunto de diagramas geométricos, en su mayoría circulares, que no pueden clasificarse fácilmente como ilustraciones astronómicas o zodiacales.
[49][60] El uso del término «cosmológico» para calificar estas páginas proviene de William Newbold, en su obra póstuma The Cipher of Roger Bacon (1928).
[63] Así se intentaba demostrar que Roger Bacon, el supuesto autor del manuscrito, había podido fabricar un telescopio y observar la estructura espiral de la galaxia.
[6][68] Trabajó en él y en otros textos alquímicos atribuidos a Roger Bacon durante varios años más antes de su repentina muerte, en 1926.
[69] Este arreglo se transformaba en subsiguientes etapas hasta llegar a un anagrama que, resuelto, devolvía el texto plano en latín.
Newbold concluyó que el manuscrito había sido escrito por Roger Bacon utilizando un microscopio de extraordinaria potencia.
[70] Allí explicó que los diminutos trazos que Newbold había interpretado como signos taquigráficos griegos eran simples grietas de la tinta en la superficie rugosa del pergamino y rechazó su procedimiento para generar anagramas por ser demasiado libre y permitir varias decodificaciones para un mismo bloque de texto, entre otras observaciones críticas.
[6][74] Tiltman investigó esta hipótesis en detalle, concluyendo que los ejemplos de lenguajes construidos señalados por Friedman eran demasiado sistemáticos para explicar las singulares características del texto voynichés.
[83] En 2001 James Finn sostuvo que el manuscrito se escribió en hebreo codificado visualmente y fue entregado por seres extraterrestres para advertir del fin de los tiempos.
[87] La doctora en química Edith Sherwood sostiene que el manuscrito fue escrito por Leonardo da Vinci cuando era niño utilizando un idioma italiano medieval y codificación por anagramas.
Sin embargo, esta teoría se contradice al observar las fechas de producción del libro, dado que, según los análisis, este fue realizado como muy tarde en 1438, y Leonardo da Vinci nació en 1452.
[91] Jorge Stolfi encuentra que esta posibilidad es relativamente consistente con la estructura de las palabras del voynichés en prefijo-raíz-sufijo.
En cuanto a su plausibilidad histórica, los contactos entre China y Occidente durante la Baja Edad Media no fueron para nada infrecuentes.
[101][102] Las extrañas propiedades del texto voynichés han llevado a pensar en la posibilidad de que haya sido generado mediante algún procedimiento estocástico y, por ende, no tenga sentido.