Azurita

Al igual que todos los minerales de cobre, la azurita es tóxica, pero se puede manipular tranquilamente con las manos.

En realidad, la azurita es muy poco tóxica comparada con otros minerales de metales pesados, como el cinabrio.

[1]​ Mediante algunos cambios químicos que ocurren en la naturaleza, en especial al aire libre, la azurita puede transformarse en malaquita.

Cuando esto ocurre, los cristales mantienen su forma (este fenómeno se denomina pseudomorfosis), de manera que el único cambio a simple vista es el color, que pasa de azulón a un verde muy vivo.

La azurita se usa como piedra ornamental, en joyería y para coleccionismo, ya que es especialmente llamativa si está combinada con malaquita, en numerosas culturas se ha utilizado con mujeres en estado para propiciar un buen embarazo y un buen parto.

Los yacimientos de azurita están repartidos por todo el mundo, pero los depósitos más importantes se encuentran en Tsumeb, Namibia; Chessy, Francia; y Bisbee, Arizona, EE.

La azurita se conoce desde hace miles de años, y desde siempre ha llamado la atención su color.

Azurita con malaquita (verde) y cuprita (rojo).
Azurita en drusa.
Polvo de azurita para usarlo como pigmento.