El término viborazo, de connotaciones cómicas, es producto del célebre humorismo popular cordobés.
[2] Allí, haciendo referencia al poderoso movimiento sindical y estudiantil cordobés, sostuvo que la ciudad era el epicentro de una "conjura revolucionaria" a la que se comprometía a poner fin: De inmediato el tradicional humorismo del pueblo cordobés comenzó a usar la imagen de la víbora para reírse del nuevo funcionario.
El diario vespertino Córdoba, comenzó a publicar todos los días alguna imagen de una víbora, con comentarios políticos graciosos.
El 17 de marzo, el diario cordobés La Voz del Interior publicó una historieta de un solo cuadro, realizada por el popular dibujante cordobés Alberto Cognigni, mostrando una víbora "panzona", haciendo la digestión y eructando ("GRUP!
En 1966, en plena Guerra Fría, con el apoyo de Estados Unidos y su Doctrina de la Seguridad Nacional, se instaló una nueva dictadura autodenominada Revolución Argentina y liderada por el general Juan Carlos Onganía, que disolvió los partidos políticos, estableció una fuerte censura y anunció su intención de establecer un sistema dictatorial "sin plazos".
Con Adalbert Krieger Vasena a cargo del área económica, el gobierno inició una racionalización productiva en beneficio de los capitales extranjeros más modernos y suspendió las negociaciones colectivas de trabajo.
Las cúpulas sindicales peronistas, encabezadas por Augusto Timoteo Vandor y José Alonso, celebraron el golpe e inicialmente plantearon una "expectativa esperanzada", pero la dictadura lanzó una fuerte represión sobre el movimiento obrero.
[8] El viernes 12 de marzo se realizó la huelga general con ocupaciones convocada por la CGT Córdoba.
[6] Hacia el mediodía ya eran más de 12.000 las personas congregadas en la Plaza Vélez Sarsfield, destacándose las columnas de Fiat, IKA-Renault, SEP, IME, Luz y Fuerza y Ferroviarios.
La mayoría marchó entonces a tomar distintas zonas de la ciudad y los barrios circundantes.
A diferencia del Cordobazo de 1969, fue visible la presencia y actuación de organizaciones armadas como el Ejército Revolucionario del Pueblo y las Fuerzas Armadas Peronistas.
[4] Pocas horas después, el dictador Levingston le pidió la renuncia, y en su reemplazo fue designado el Contraalmirante Helvio Guozden.
[16] Luego del «Viborazo», continuaron las puebladas insurreccionales y la actividad guerrillera, en medio de un fuerte descontento popular.
En ese marco, y desde el exilio, Juan Domingo Perón fue sumando adeptos y aliados, hasta conformar un amplio frente, el FREJULI, que encabezado por la fórmula Cámpora-Solano Lima logró la victoria en los comicios que restablecieron por un tiempo el régimen constitucional en la Argentina.