Sin embargo, no fue hasta la década de los 20 cuando este movimiento pictórico y escultórico se transportó al medio cinematográfico.
Estos cineastas vieron sus ideas materializadas en juguetes como las monedas con dibujos en ambas caras o el caleidoscopio.
El cine vanguardista se cuestionó el modelo de representación cinematográfica siguiendo los pasos de las Vanguardias pictóricas, escultóricas y musicales que buscaban acabar con todos los modelos establecidos en el arte anterior.
Estos artistas veían en el cine un medio de expresión que podía mostrar lo más íntimo del ser humano: sus anhelos, angustias o fantasías.
Sin embargo, el mayor avance cinematográfico que se alcanzó con el cine vanguardista fue en la relación entre lenguaje y cine, provocando debates que hicieron a este lenguaje avanzar y proponiendo diversos modelos de representación alternativos a los impuestos por las corrientes anteriores.
Además, en ambos artes se busca encarnar el estado anímico mediante la representación de imágenes paisajísticas.
Aun siendo este el primer film surrealista, la personalidad más importante dentro de la corriente cinematográfica fue Luis Buñuel.
En el cine surrealista, surgieron unas temáticas que generaron más interés entre los directores que otras, estas fueron la transmisión de la atmósfera y los estados oníricos, la crítica a las tradiciones e instituciones sociales tales que la religión, el matrimonio, la familia, etc; y, por último, la representación de los fuertes sentimientos de anhelo, amor y deseo sexual (a lo que André Breton llamó «amor loco», amour fou).
Se manifestó en la pintura y escultura imitando a la naturaleza, copiándola, lo que los griegos denominaban "mímesis".
El cine puro (cinéma pur en francés) es un movimiento de vanguardia creado en la década de los años 20 en París por cineastas franceses que "querían devolver el medio a sus orígenes elementales" de "visión y movimiento"[5] y que declaran que el cine es un arte propio.
Los soviéticos buscaron diferenciarse del resto de cinematografías, como la americana, centrada en mantener las bases burguesas heredadas del teatro del siglo XIX buscando la rentabilidad económica, que empieza a incorporar las ideas más revolucionarias de las Vanguardias que están teniendo lugar en el resto de Europa y en las que se inspiró el cine soviético.
Las políticas que se dieron en esta época en la Unión Soviética supusieron el nacimiento de una cinematografía plenamente propagandística que recurría a temas del pasado con un afán completamente educativo.
La historia ya no giraba en torno a una única figura, sino que giraba en torno a un grupo, al pueblo, mostrando el espíritu colectivista socialista frente al individualismo liberal típico del capitalismo.
Con estos conceptos se desarrolla una visión del montaje como un choque de planos que busca impactar y motivar al público.