Tomás Asiain

Humildes agricultores y en plena postguerra, éstos seguirían el consejo sobre su único hijo.

Durante esta etapa en la capital de España, su inquietud musical le llevaría también hacia la Música ligera.

Es probable que su predisposición hacia la música vocal naciera de su relación con el gran maestro vasco.

Funda igualmente otra agrupación coral, el Orfeón Jacetano, con la que logra desarrollar una intensa actividad y alcanzar gran popularidad.

La música de Tomás Asiáin, responde a los valores estéticos y filosóficos del llamado modernismo musical.

Fernando Remacha, Manuel de Falla, Stravinsky, Jesús Guridi, Isaac Albéniz, Schönberg, Hindemith, Joaquín Gaztambide, Ruperto Chapí, los impresionistas franceses... Todos estos autores, en mayor o menor grado, serían objeto de su especial e influyente admiración.

Entre sus trabajos hallaremos también innumerables transcripciones y adaptaciones destacando especialmente La muerte no es el final.

Cómo elementos externos de influencia en su obra, no debería obviarse su tierra natal, Navarra y Tudela, por la que sentía un profundo afecto, ni tampoco Aragón.