La heredera (obra de teatro)

Su padre la culpa por la muerte de su madre, que falleció al dar a luz.

Catherine cree sinceras sus intenciones, pero su padre piensa que el auténtico interés del joven es la herencia.

Morris dice ir a buscar sus pertenencias, pero no vuelve, y Catherine se hunde en la desesperación.

Ella parece de nuevo quedar atraída, y le sugiere que vaya a buscar sus cosas para que puedan fugarse, pero cuando regresa, Catherine echa el cerrojo de la puerta frente a él y apaga las luces.

En 1949, la obra fue llevada al cine, con el mismo título, dirigida por William Wyler e interpretada por Olivia de Havilland, Montgomery Clift y Ralph Richardson.