Grabar en piedra, que también otorga gran duración, lo que se recoge en un tópico similar ("palabras lapidarias" o "discurso lapidario" -digno de ser grabado en piedra-), es considerado tópicamente como menos permanente; como ocurre en el Exodo con las primeras Tablas de la Ley que Moisés bajó del Sinaí, y que rompió al contemplar la impiedad de los israelitas.
[2] El tópico verba volant, scripta manent ("lo escrito, escrito queda, las palabras se las lleva el viento") puede ser entendido de una manera similar, pero también opuesta (la escritura, al fijarlas, mata a las "aladas palabras").
Hay testimonios literarios que atribuyen a Tartessos leyes escritas en verso sobre tablas de bronce.
Las antiguas inscripciones chinas en bronce[3] tenían como soporte campanas (zhōng) o calderos de trípode (dǐng).
[4] Otro importante ejemplo se halló en El Alamillo (Cañete de las Torres).