Estas normativas también destacan por su contribución al proceso de romanización, integrando las élites locales en las estructuras del Imperio.
La Lex Irnitana restringía ciertas autonomías locales preexistentes, eliminando derechos como el ius peregrinorum y subordinando los municipios al sistema imperial romano.
Este mecanismo fortaleció la cohesión administrativa y promovió la integración cultural mediante la adopción del derecho romano en todos los niveles municipales.
Este uso técnico también muestra una evolución terminológica que vincula el derecho romano clásico con las realidades provinciales de Hispania.
Este documento se interpreta como una muestra de la personalización del poder imperial, reforzando la centralización administrativa en las provincias.
[3] Esta ley permite analizar cómo los edictos de los gobernadores provinciales debían implementarse en los municipios, mostrando una conexión directa entre las autoridades locales y el sistema imperial.
Esto simbolizaba un avance en la romanización cultural y política, al mismo tiempo que proyectaba una identidad provincial conectada con el prestigio de Roma.
Este hallazgo destaca además por su capacidad para evidenciar las adaptaciones legales específicas de cada municipio hispánico, ilustrando la diversidad y uniformidad del sistema legislativo flavio.