La travesía se puede hacer en automóvil particular (embarcando este en el tren lanzadera "Shuttle"), o bien como pasajero en el tren Eurostar, en un viaje que dura aproximadamente 35 minutos entre Coquelles (ciudad de Calais) en Francia y Folkestone en Reino Unido.
[5] En 1839, el ingeniero francés Aimé Thomé de Gamond realizó los primeros estudios geológicos e hidrográficos del Canal entre Calais y Dover.
En 1876 se estableció un protocolo oficial anglo-francés para realizar un túnel ferroviario a través del Canal.
[16] Sin embargo, el proyecto del túnel para cruzar el Canal de la Mancha se abandonó en 1883, a pesar del éxito inicial, debido a los temores planteados por el ejército británico de que un túnel submarino podría servir como ruta para invadir Gran Bretaña.
Una película de 1907, El túnel bajo el Canal de la Mancha del cineasta pionero Georges Méliès,[19] muestra a Eduardo VII del Reino Unido y al presidente Armand Fallières soñando con construir un túnel bajo el canal.
"[21] Hubo otra propuesta en 1929, pero de esta discusión no salió nada y la idea fue archivada.
Pero esto no apaciguó a los líderes militares ni disipó las preocupaciones sobre las hordas de turistas que perturbarían la vida británica.
La estimación provocó rumores acerca de que Alemania ya había comenzado a excavarlos.
Para 1955, los argumentos de defensa se habían vuelto menos relevantes debido al dominio del poder aéreo, y tanto el gobierno británico como el francés apoyaron estudios técnicos y geológicos.
En 1958 se retomaron los trabajos de 1881 como preparación para un estudio geológico presupuestado en 100.000 libras encargado por el Channel Tunnel Study Group.
El gobierno británico no se interesó en financiar el proyecto, pero la primera ministra británica Margaret Thatcher no se opuso a un proyecto financiado con fondos privados, aunque dijo que asumía que sería un túnel para automóviles en lugar de trenes.
En 1981, Thatcher y el presidente francés François Mitterrand acordaron crear un grupo de trabajo para evaluar un proyecto financiado con fondos privados.
[27] La opinión pública estaba fuertemente a favor del túnel, pero las preocupaciones sobre la ventilación, la gestión de accidentes y el problema de la posible distracción de los conductores debido a la monotonía de un trayecto tan largo, llevaron a que en enero de 1986 se adjudicara el proyecto a la única propuesta ferroviaria preseleccionada, la del grupo anglofrancés CTG/F-M.[27] Entre las razones dadas para seleccionar esta solución figuraban su nula interferencia sobre el transporte marítimo que navegaba por el Canal; su reducida afección ambiental; su menor vulnerabilidad ante un ataque terrorista; y su capacidad para atraer suficiente financiación privada.
El Eurotúnel está formado por tres vías principales: Estas tres partes están unidas cada 375 m por otros conductos transversales auxiliares (C), y cada 250 m por conductos de ventilación (D), que permiten realizar mantenimientos y que haya una corriente de aire para disminuir la presión, evitando así también la propagación del humo en caso de incendio, así como el choque por la resistencia aerodinámica al cruzarse los trenes que circulan a 140 km/h.
Con una forma cilíndrica, la máquina tuneladora lleva varias cuchillas («dientes») montadas en su parte frontal.
Los dientes están hechos de un metal extremadamente duro y al girar van penetrando en el terreno, creando el espacio para que la máquina pueda seguir avanzando.
El Certificado tiene una validez de cinco años, renovable por periodos sucesivos iguales, siempre que se cumplan las condiciones normativas exigidas para su otorgamiento.
Varios son los incidentes de esta naturaleza que han ocurrido en el Eurotúnel.