Su éxito principal fue el Erizo (Hedgehog) un arma antisubmarina que fue muy útil en la batalla del Atlántico.
Tras la rendición de Francia en junio de 1940, Gran Bretaña se quedó sola en la guerra contra las potencias del Eje.
Ante el previsible intento de invasión desde el otro lado del Canal de La Mancha, el gobierno británico encabezado por Winston Churchill hizo un llamamiento para seguir combatiendo por todos los medios, en un momento en que los recursos eran escasos y las fuerzas armadas se estaban rehaciendo tras haber escapado de la derrota total en la batalla de Dunkerque.
Para evaluar sus posibilidades y para crear él mismo nuevas armas el Almirantazgo fundó el Departamento de Desarrollo de Armas Diversas integrado por científicos, oficiales navales en activo y militares retirados, «un grupo de personajes de lo más excéntrico, pero que se planteaban objetivos muy serios».
[1] La mayoría de los proyectos que llegaron al DMWD eran tan absurdos que no tuvieron ninguna aplicación práctica, pero algunos sirvieron de base para crear armas que sí fueron realmente útiles.