Aunque la crítica musical lo consideró un trabajo inferior a Music from Big Pink y The Band,[6][7] Stage Fright se convirtió en el mayor éxito comercial del grupo al alcanzar el puesto cinco de la lista estadounidense Billboard 200 y el quince en la lista británica UK Albums Chart.
[22] Las drogas también jugaron un papel considerable en el deterioro de las relaciones personales entre los miembros del grupo y en problemas psicológicos.
Luego comencé a consumir heroína, y la experiencia duró al menos un par de años».
[21] En un primer momento, la idea original del grupo era grabar un concierto en directo en el Woodstock Playhouse, un teatro de la ciudad.
[25][26] Al respecto, Robbie Robertson comentó: «Después del Festival de Woodstock sentimos que ya habíamos hecho algo.
[27] Según Robertson: «Acabamos haciendo el disco en el Woodstock Playhouse sobre un escenario y frente a nadie.
[27] Al finalizar la grabación, el grupo dejó varias cintas a Todd Rundgren para mezclarlas y mandó una copia a Glyn Johns, un productor musical que trabajó años antes con Led Zeppelin, The Beatles y The Rolling Stones.
[21] Robbie Robertson planteó la grabación de Stage Fright como un álbum menos minucioso y con un mayor enfoque hacia el rock and roll, situando a The Band en un nuevo camino musical lejos del country rock que definió sus dos primeros trabajos.
[24] Al respecto, Robertson comentó al periodista musical Rob Bowman: «Después de The Band, pensé que el asunto se estaba volviendo demasiado serio, de modo que me dije: "Vamos a pasarlo mejor y vamos a hacer un buen disco"».
[24] Según Simon: «Con Big Pink íbamos al estudio, hacíamos lo mejor que sabíamos y era un éxito.
[21] A pesar de las dificultades, Rundgren mantuvo el ritmo del trabajo y consiguió grabar Stage Fright en dos semanas.
[24] Según comentó Helm: «Stage Fright es un álbum oscuro que refleja el estado psicológico del grupo.
Pero en Stage Fright de repente todo ese material comenzó a surgir sin que yo quisiese».
[32] En Stage Fright, Manuel fue acreditado como compositor en dos canciones, «Just Another Whistle Stop» y «Sleeping».
Según recuerda Robertson, Helm compuso la primera estrofa y el estribillo de la canción en Arkansas, mientras que el resto del trabajo fue conjunto.
El periodista Rob Bowman describió la primera como una alegoría con connotaciones religiosas, en la que se relata el intento de vender el alma por música.
Ruhlman concluyó diciendo: «Stage Fright parecía ser la respuesta alarmada del grupo, lo que lo convirtió en su confesión más abierta.
Era ciertamente diferente de su anterior trabajo, que había tendido hacia canciones históricas en sus comienzos, pero fue apenas menos convincente por eso».
[6] Por otra parte, Robert Christgau escribió: «Las melodías son tan brillantes y valientes, y los músicos arriman el hombro con tanta voluntad, que elas banalidades cosméticas de la primera cara [del disco] parecen fuera de lugar en un camino que Delaney & Bonnie, por ejemplo, nunca siguen.
[35] A pesar del decreciente interés de la prensa musical en el grupo, Stage Fright se convirtió en el mayor éxito comercial de The Band: alcanzó el puesto cinco en la lista estadounidense Billboard 200 y la posición quince en la lista británica UK Albums Chart,[8] y entró por primera vez en las listas de discos más vendidos en países europeos como Noruega y Países Bajos.
[37][38] Por otra parte, el primer sencillo promocional de Stage Fright, «Time to Kill»,[39] alcanzó el puesto 77 en la lista Billboard Hot 100.
[2] Capitol Records publicó Stage Fright por primera vez en formato de disco compacto en 1989 a nivel internacional.