Serafín Estébanez Calderón

Vivió en Málaga su niñez y juventud pero, al morir sus padres, siendo él de muy escasa edad, fue recogido por unos tíos que le dieron una esmerada educación en el colegio de Antonio Recalde, quien le inclinó seguramente hacia las letras; allí tuvo por condiscípulos a los luego también ilustres Andrés Borrego, que sería su amigo hasta el fin de sus días, y Antonio de Miguel.Identificado con el liberalismo, tuvo que refugiarse en Gibraltar en 1824 cuando invadieron el país los Cien Mil Hijos de San Luis; logró, sin embargo, purificarse, como se decía en la época, es decir, pasar juicio de antecedentes políticos, y volvió en 1825 a España matriculándose como abogado en Granada y abriendo bufete en Málaga.En julio de 1831 fundó junto a Ramón Mesonero Romanos la revista literaria Cartas Españolas, donde publicaría numerosos poemas, bocetos costumbristas y reseñas bibliográficas.[5]​ Estos cargos le permitieron desarrollar también una importante faceta como coleccionista y bibliófilo.En su obra capital, Escenas andaluzas (1846), siempre más preocupado por el esteticismo de la expresión,[6]​ que por el contenido, defiende hasta la exageración las costumbres y tipos de su tierra.Sí es importante el conjunto de datos que ofrece sobre los primeros cantaores del cante jondo, Fillo y Planeta, lo que le sitúa entre los primeros flamencólogos.