Basílica de la Virgen del Camino

Esta ermita fue ampliada en el siglo XVIII, dando lugar al anterior Santuario de la Virgen del Camino.

Entonces se tomó la decisión de sustituirlo totalmente, pero faltaban medios económicos para llevar adelante tal proyecto.

El proyecto preveía un edificio sobrio, austero, que sería complementado con la decoración escultórica, en un conjunto plenamente integrado y armónico.

[6]​ La decoración escultórica corrió a cargo de Josep Maria Subirachs, que realizó la monumental fachada con las figuras de los Apóstoles, así como cuatro puertas, un altar en la explanada exterior y diversos elementos del interior, como el sagrario, crucifijos, candelabros, ambones, lámparas y la pila bautismal.

En la peana de la imagen aparece una inscripción del Libro de las Lamentaciones (Lam 1,12): O vos omnes qui transitis per viam, attendite et videte si est dolor sicut dolor meus («Oh vosotros, que pasáis junto al camino, atended y ved si hay dolor semejante al mío»).

Esta obra marcó la culminación de la etapa expresionista del escultor, que posteriormente se enmarcó en una más pura abstracción.

Interior de la basílica.
Retablo de la basílica.
Fachada de la basílica con las estatuas exentas de los Apóstoles, de Subirachs. Detrás la vidriera principal del templo, de Ràfols Casamada.