Viajó a París en 1889, donde vivió en Montmartre junto con Ramón Casas y con Ignacio Zuloaga.Su posición social y económica acomodada le permitió hacer frecuentes viajes.En las etapas finales sólo pintaba paisajes, especialmente de los Reales Sitios como Aranjuez y La Granja.En su obra literaria, siempre en catalán, se incluyen poemas en prosa (Oracions, 1897), dramas como L'alegria que passa (1898), Cigales y formigues (1901),[2] La bona gent (1906) o El místic (1903)[3] y novelas costumbristas como L'auca del senyor Esteve (1907), que fue adaptada al teatro por el propio Rusiñol en 1917, La niña Gorda (1914), El català de La Mancha (1917)[4]o En Josepet de Sant Celoni.Sus impresiones de la Argentina fueron recogidas en Del Born al Plata (Barcelona, 1911).