[4] Lo que la convierte en la segunda localidad más poblada del municipio de Texcoco.
Este monumento, es conocido en la actualidad como el monolito de Tláloc; sin embargo existen versiones diferentes sobre si representa a Tláloc o a su hermana o esposa Chalchiuhtlicue, ambos deidades del agua y la lluvia en las culturas mesoamericanas.
El monumento permaneció enterrado desde la época de la conquista hasta mediados del siglo XIX, cuando un campesino que buscaba recolectar madera para hacer leña desenterró parte de él, siendo posteriormente totalmente descubierto.
[5] La población atribuía a la escultura diversas condiciones milagrosas, atribuyéndole el poder de atraer la lluvia si los tecomates se encontraban húmedos o poderes curativos al agua que se acumulaba en los mismos; la población ofrecía ofrendas a la escultura y le pedía que hubiera suficientes lluvias y buenas cosechas.
[6] Los trabajos para el traslado del monolito se demoraron a lo largo de 1963 y hasta inicios de 1964, tiempo durante el cual la población comenzó a manifestar su oposición al traslado, principalmente al considerar que se perdería un atractivo turístico y por tanto la economía de la localidad se resentiría y también por consideraciones sobre la afectación a las lluvias que traería su ausencia.