Tradiciones orales narran como las coatlinchenses escondieron el monolito ante la Conquista de México.
Desde San Miguel Coatlinchan se le llevaban ofrendas asociadas al culto del agua.
Durante este recorrido se desató una tormenta que inundó gran parte de las calles del Centro Histórico, creando el mito de que se había despertado a Tláloc.
[2] Alfredo Chavero identificó el monolito como Chalchiuhtlicue[5], la deidad femenina del agua.
[7] Según Eduardo Matos Moctezuma el estado del monolito impide que se pueda hacer una identificación concluyente.