Fue derrotado por los musulmanes en la batalla de Guadalete, debido a una traición entre oponentes visigodos del propio rey.
[4]La Continuatio codicis C Parisini, que consta en un manuscrito del siglo XII, no menciona a Rodrigo e indica que a Witiza le sucedió Agila y después de tres años le sucedió Ardo.
El rey visigodo fue a detener su avance, pero fue derrotado y Rodrigo resultó muerto.
[18] Según la Chronica Regum Visigothorum, el reinado de Witiza terminó en 710, mientras que la Crónica mozárabe lo sitúa en 711.
[6] Se ha supuesto que pudiera haber habido un interregno de varias semanas o meses durante el cual habría existido un estado de guerra entre Rodrigo y otros aspirantes al trono.
Es factible si se considera una expedición de prestigio para afianzar su poder en un reinado recién comenzado.
Sin embargo, la Crónica de 754 no indica que hubiera habido ninguna expedición militar y, por tanto, el ejército fue convocado para enfrentarse a los árabes.
[23] La traición al rey no solo aparece en la Crónica mozárabe, sino también en las árabes, lo que puede corroborarse en el sentido de que Rodrigo no se habría decidido a dar batalla a los árabes si no hubiera tenido ventaja numérica y logística, de ahí que el resultado final hubiera sido fruto de una traición.
[40] La crónica mozárabe puede dar a entender que la derrota del rey Rodrigo provocó una guerra civil entre los visigodos, y que Rodrigo habría perdido el control de Toledo por Oppas, el hijo de Egica,[38][37] que, según Roger Collins, podría haber sido coronado rey en el momento en el que Rodrigo fue a detener a los árabes o después de haber sido derrotado por ellos.
Así se fue fijando el rey Don Rodrigo en ella, queriéndola poseer, pero no en matrimonio.
Ella, tras la consumación del acto, envía a su padre una serie de regalos entre los que pone un huevo podrido.
«La Cava, llamada así por los árabes y cuyo nombre significa “mala mujer”, había salido con sus doncellas por los jardines de su residencia y decidió darse un baño sin percatarse de que don Rodrigo la contemplaba.
La visión de la bella joven “abrasóle” al monarca que, obsesionado con la muchacha, acabaría por forzarla.
Sea como fuere, Florinda, lejos de querer estar junto al rey, le rechazó.
La derrota se canta en un famoso romance: «Las tropas de don Rodrigo / desmayaban y huían / cuando en la octava batalla / sus enemigos vencían...» El final del último rey visigodo es controvertido y legendario.
El rey Rodrigo, decidido a averiguar el secreto, hizo abrir la cámara y en ella había pintadas en las paredes figuras de caballeros árabes, en el medio de la sala había una mesa ricamente labrada en la que aparecía grabado que era la mesa del rey Salomón, y encima de la mesa se hallaba un arca con un pergamino que decía: «Si se viola esta cámara y se rompe el encantamiento contenido en este arca, las gentes pintadas en estas paredes invadirán España, derrocarán a sus reyes y someterán a todo el país».
[46] El escritor escocés Walter Scott y los ingleses Walter Savage Landor y Robert Southey, a partir de las leyendas asociadas al personaje, escribieron diversas obras: Scott, su poema La visión de Don Rodrigo, en 1811; Landor, su tragedia El Conde Julián, en 1812; y Southey, Rodrigo, el último de los godos, en 1814.