Colaboró regularmente en los diarios La Nación de Buenos Aires; La Capital de Rosario; Excélsior, El Nacional y Novedades, y en las revistas Siempre y Hoy de México.
Como editor, fue responsable y director del Boletín de Cultura Intelectual, de los Cuadernos del Litoral y de la Revista Paraná.
A comienzos de la década de 1950, al igual que otros intelectuales como Julio Cortázar, Osvaldo Bayer y Juan Rodolfo Wilcock― partió al exilio.
Se radicó en México donde frecuentó la amistad de Alfonso Reyes, Carlos Fuentes, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Héctor Tizón, entre otros integrantes del medio cultural en los años 60 y 70.
En 1964 fue designado agregado cultural en la embajada argentina en México y posteriormente nombrado delegado del Consejo Nacional de Turismo de México por el presidente Miguel Alemán Valdés.