Revocatoria del mandato

La revocatoria tiene una historia que se remonta a la antigua democracia ateniense[1]​ y aparece en varias constituciones contemporáneas.Pero si se llega a percibir que un funcionario electo no está cumpliendo adecuadamente sus propuestas electorales o responsabilidades del cargo, se lo puede destituir con el acuerdo de una cantidad o proporción específica de votantes o firmas, usualmente la mayoría absoluta de los ciudadanos.La República Argentina no lo prevé en su Constitución Nacional, pero sí lo hacen las provincias de Chaco (introducido en 1957), Chubut (1994), Córdoba (1923 y 1987), Corrientes (1960), La Rioja (1986), Río Negro (1988), Santiago del Estero y Tierra del Fuego (ambas en 1991).[2]​ En Bolivia se incorpora en su Constitución del 2009 la revocatoria de mandato, donde son revocables toda autoridad electa mediante el voto universal, y así lo sostiene el artículo 240, que dice: En ésta se prevé la revocatoria del mandato para todas las autoridades de elección popular, incluyendo el presidente de la República.[3]​ Ecuador, en la Constitución de 2008, se suma a Venezuela; es así que en el artículo 105, determina la siguiente: En los Estados Unidos de América, varios estados, condados y ciudades (towns) incluyen disposiciones sobre este mecanismo en sus constituciones, pero a nivel federal no es utilizado.El último caso registrado, fue la remoción del gobernador de California Gray Davis en 2003.[cita requerida] No fue hasta 2019[4]​ en México cuando se consideró la revocación de mandato a nivel federal.A nivel local Yucatán fue el primero en introducir la revocación en 1938; no obstante, el mecanismo nunca procedió y setenta y dos años después, en 2010, fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.El caso de Chihuahua fue parecido ya que se introdujo en 1997 y fue declarado inconstitucional en 2012.Sin embargo, esto significaría que un voto combinado de votación podría complicar más aún el proceso para los votantes.Sin embargo, el mismo argumento se utiliza también en contra de la revocatoria: los opositores sostienen que la revocatoria socava por completo el gobierno representativo ya que provoca en los funcionarios electos miedo a tomar decisiones impopulares pero necesarias.Sin embargo, sus opositores sostienen que el mecanismo de revocatoria podría ser utilizado irresponsablemente, y que este podría ser utilizado por los partidos políticos como un arma política contra el rival de los titulares.Si el sistema electoral está basado en los candidatos uninominales, no hay problema.En general, en los sistemas de lista, si las vacantes producidas por un proceso revocatorio exitoso son llenados por el partido o por los electores, esa es otra incógnita.